Prada presenta Paradigme, una fragancia masculina que se aleja de los clichés. ¿El rostro elegido? Un actor que representa mucho más que fama: Tom Holland.
Hay perfumes que solo buscan agradar, y hay otros que llegan para cuestionarlo todo. Paradigme pertenece a esta segunda categoría. Prada no solo lanza una nueva fragancia masculina: propone una conversación sobre la identidad, la sensibilidad y lo que hoy entendemos por masculinidad. Y lo hace de la mano de un embajador que parece hecho a medida: Tom Holland.

¿Por qué Prada elige a Tom Holland como nuevo rostro de la marca?
Tom Holland no es una elección obvia, y precisamente por eso funciona. En una industria donde el carisma masculino suele estar ligado a la rudeza o el misterio, Holland apuesta por otra cosa: naturalidad, vulnerabilidad y una cercanía que no fuerza simpatía, simplemente ocurre.
Además de su carrera actoral, Holland ha cultivado una imagen pública coherente con los valores que hoy importan: compromiso social, autenticidad y una masculinidad libre de imposiciones. Paradigme busca representar eso, y él no solo encaja, lo encarna.
¿Cómo huele la nueva masculinidad según Prada?
La fragancia propone una estructura olfativa poco convencional: en lugar de revelar sus notas de fondo al final, las muestra desde el primer momento. Es, literalmente, transparente con su identidad. En esa transparencia encontramos madera de guayaco, benjuí y bálsamo de Perú —sensuales, envolventes, profundos—, equilibrados con geranio bourbon y un toque inicial cítrico de bergamota de Calabria.
El resultado no es estridente ni clásico. Es elegante, versátil y con una vibra cálida que no necesita exagerar para dejar huella. Una firma sutil, pero segura. Perfecta para quien no quiere que el perfume hable por él, sino con él.

¿Qué significa llevar un perfume como este?
Según el propio Holland, Paradigme tiene algo más allá del aroma: un mensaje. ‘¿Y si hubiera otra manera?’, dice el actor, refiriéndose a la idea de que podemos construir nuevas formas de ser hombres, de habitar el mundo, de oler. El perfume funciona como metáfora y como herramienta: una invitación a dejar atrás los moldes.
Para él, un buen perfume es como un accesorio invisible, uno que añade una capa de confianza. Prada parece estar de acuerdo: en lugar de asociar virilidad con fuerza bruta, propone una masculinidad más introspectiva, más personal. Más honesta.
¿Cómo se traduce ese discurso en diseño?
El frasco también dice mucho. Verde, geométrico y recargable, rompe con los códigos tradicionales de las fragancias masculinas —generalmente oscuras, pesadas o metálicas—. Este diseño es más conceptual, más artístico, más Prada.
Con un 15% de vidrio reciclado y una reducción del 75% de plástico respecto a frascos convencionales, Paradigme apuesta por la sostenibilidad sin sacrificar estética. Algo que resuena con una generación que quiere oler bien sin contaminar el planeta en el proceso.
Tom Holland y Prada Paradigme no solo cambian el juego; reinventan el tablero. Este perfume es más que una fragancia: es una invitación a explorar nuevas formas de ser hombre, sin miedo ni etiquetas. Con una mezcla audaz de aroma y actitud, Paradigme marca el inicio de una masculinidad que se siente auténtica, libre y completamente propia.