viernes, agosto 8, 2025
More

    Cloaking: La táctica cruel de hacer como si nunca exististe

    A veces, bloquear dice más del otro que de ti.

    En la era del ‘me gustas pero no tanto’, las relaciones digitales se han vuelto terreno fértil para nuevas formas de desaparecer. Primero fue el ghosting: ese silencio que duele más que mil verdades. Pero ahora, hay una tendencia que va más allá: el cloaking.

    Una especie de desaparición nivel experto que no solo corta el diálogo, sino también cualquier posibilidad de ser visto, leído o encontrado. Bienvenidos al apagón emocional de la era hiperconectada.

    ¿Qué es exactamente el cloaking (y por qué no es lo mismo que el ghosting)?

    El ghosting es como cerrar la puerta sin decir adiós. El cloaking, en cambio, es hacer que la puerta nunca haya existido.

    Mientras que el ghosting se basa en desaparecer sin previo aviso —dejar de contestar, evadir, ignorar—, el cloaking da un paso más allá: bloquea a la otra persona de todas las redes, apps, medios y posibles ventanas de comunicación. Es un borrado digital tan radical que deja a la otra parte hablando sola en un cuarto que ya no existe.

    ¿Por qué el cloaking es más doloroso?

    Porque no deja ni una grieta por donde se cuele una explicación. El cloaking elimina cualquier escenario alternativo: no te dejé en visto, te hice desaparecer de mi mapa digital. Y eso, para quien lo sufre, puede sentirse como una cancelación emocional total.

    No hay cierre, no hay respuestas. Solo un silencio blindado por un muro de bloqueos.

    ¿Qué lleva a alguien a aplicar un cloaking?

    Muchas veces, esta táctica nace del deseo de evitar la incomodidad de una conversación honesta. Pero en otras, puede haber más capas: proteger una imagen, esconder una doble vida o evitar que la otra persona descubra verdades incómodas.

    Bloquear se convierte así en una forma de control narrativo: no te permito saber más, no te permito entender, no te permito acercarte ni emocional ni digitalmente.

    ¿Se puede prevenir el cloaking?

    La clave está en la construcción previa: vínculo lento, diálogo claro y señales compartidas.

    Aunque no hay garantías, las relaciones que se gestan desde la transparencia y el respeto tienen menos probabilidades de terminar con un portazo digital. Las conexiones que se cuecen a fuego lento —el famoso slowmance— permiten establecer expectativas claras, notar patrones y detectar si la otra persona tiene tendencia a desaparecer cuando las cosas se ponen incómodas.

    ¿Cómo saber si te están haciendo esta técnica?

    Las señales pueden comenzar de forma sutil: respuestas cada vez más espaciadas, planes que se cancelan sin explicación, una energía evasiva. Y, de pronto, el acceso se corta por completo. Ya no puedes ver sus historias, ni encontrar su perfil, ni enviarle un mensaje.

    Como si el universo digital hubiera decidido que esa persona nunca existió en tu vida. Si esto ocurre sin ningún tipo de aviso, bienvenida al cloaking.

    ¿Cómo sanar después de un cloaking?

    No es culpa tuya. Nunca lo fue. El impacto emocional del cloaking puede ser profundo, pero no define tu valor ni tu capacidad de amar (o de ser amada).

    Buscar redes de apoyo, hablarlo con amistades, escribir lo que no pudiste decir o incluso asistir a terapia son formas válidas de reconstruir el centro emocional. Lo más importante es recordar esto: no necesitas una explicación para cerrar una etapa. A veces el silencio forzado también es una respuesta.

    El cloaking es una tendencia que refleja una era en la que huir parece más fácil que enfrentar. Pero también es una oportunidad para hablar de lo que no se habla: de la responsabilidad afectiva, de la importancia del cierre y de lo mucho que valen las palabras cuando se usan bien.

    Suscríbete a nuestro newsletter

    Recibe las mejores noticias y artículos de interés para ti.

    Otros artículos