El 7 de septiembre de 2025, el cielo de México se convierte en un escenario de magia y precisión astronómica. Un eclipse solar parcial nos invita a mirar hacia arriba, a detenernos un instante y admirar cómo la Luna juega con la luz del Sol. Un momento perfecto para fotos, asombro y esa sensación única de estar conectados con el universo.
¿Cuándo será el eclipse solar de septiembre 2025 en México?
El esperado eclipse solar ocurrirá el 7 de septiembre de 2025, marcando un fenómeno celestial que promete asombrar a los aficionados de la astronomía. Este día, el Sol y la Luna se alinearán de manera que la sombra de nuestro satélite natural cubra parcialmente al Sol desde ciertos puntos de la Tierra.
¿A qué hora se podrá ver el eclipse solar en México?
El eclipse será parcial y visible desde distintas regiones del país, con horarios que varían según la ubicación. Aproximadamente, en la Ciudad de México, el fenómeno comenzará cerca de las 9:20 a.m., alcanzará su máximo alrededor de las 10:40 a.m. y finalizará hacia las 12:00 p.m.. La recomendación clave: nunca mirar directamente al Sol sin protección adecuada, incluso durante un eclipse parcial.
¿Qué tipo de eclipse solar será el de septiembre 2025?
Se tratará de un eclipse solar parcial, donde solo una fracción del Sol quedará cubierta por la Luna. Esto significa que no se producirá la totalidad del oscurecimiento, pero sí podrás notar cómo la luz solar se “muerde” progresivamente, ofreciendo un espectáculo natural que combina precisión astronómica y belleza visual.
¿Cuándo ocurrirá el próximo eclipse solar en México?
Después de septiembre de 2025, el siguiente eclipse solar visible en México será el 14 de octubre de 2027, que será total en algunas regiones del norte del país. Así que si te pierdes el de 2025, habrá otra oportunidad para maravillarte con este fenómeno celestial, aunque conviene no esperar demasiado: la alineación perfecta no ocurre todos los días.
Septiembre nos recuerda que el cielo también tiene sus momentos de espectáculo. El eclipse solar parcial es un recordatorio de que, aunque nuestra rutina nos mantenga en tierra, siempre vale la pena levantar la vista y admirar cómo el universo se mueve. No solo es ciencia: es un instante que combina precisión, belleza y ese toque de misterio que solo la Luna y el Sol pueden regalar.

