miércoles, noviembre 12, 2025
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    La alquimia del color: Mia Goth y el arte del vestuario en Frankenstein

    El lenguaje secreto de los colores de Mia Goth.

    En el universo gótico de Frankenstein, Guillermo del Toro no solo resucita a un monstruo: también despierta los significados ocultos del color. Cada vestido que lleva Mia Goth (rojo, azul, verde o blanco) es una oración de tela. Una forma de narrar sin palabras el tránsito entre fe, deseo y muerte.

    Diseñados por Kate Hawley y acompañados por joyas de archivo de Tiffany & Co., los atuendos de Goth se convierten en símbolos místicos, tan reveladores como las propias emociones humanas.

    ¿Qué nos dice el color sobre el alma de los personajes?

    Del Toro transforma el vestuario en una extensión espiritual de sus protagonistas. Lejos de ser una recreación del siglo XIX, Frankenstein utiliza la moda como lenguaje visual para hablar de lo sagrado, lo prohibido y lo eterno.

    Mia Goth interpreta a Claire, la madre del científico, y a Elizabeth Lavenza, la prometida de su hermano. Dos mujeres unidas por la devoción, la pureza y el sacrificio.

    Sus vestidos recorren un espectro simbólico inspirado en la pintura sacra (como si Fra Angelico o Caravaggio hubieran decidido coser la historia con hilos de luz y tragedia).

    Rojo: ¿el color del sacrificio o de la advertencia?

    El rojo domina los atuendos de Claire Frankenstein, la madre. Es el color de la sangre y de la fe, del amor que todo lo entrega. En las escenas donde cuida a Victor de niño, su vestido escarlata parece presagiar el destino fatal del hijo: la ciencia manchará con sangre el sacrificio materno.

    Ese tono recuerda al carmín de la Virgen en La Virgen con el Niño y cuatro ángeles de Gerard David (una espiritualidad que arde). El rojo, aquí, no es solo tragedia: es un eco de advertencia, un símbolo de amor absoluto que se consume en su propia llama.

    Foto cortesía de Netflix.

    Azul: ¿devoción o deseo?

    En el cuerpo de Elizabeth, el azul brilla como un secreto. Zafiro, aguamarina, reflejos que evocan calma y profundidad. Como en las Anunciaciones de Leonardo da Vinci, el azul es el color de lo divino, pero también del misterio humano.

    Cuando Victor se enamora de Elizabeth, no se siente atraído por su cuerpo sino por su mente. El azul marca esa conexión espiritual —ella encarna lo que él ansía crear: una forma de vida pura, pero imposible de poseer—.

    En el cine de del Toro, el azul no solo tranquiliza: también distancia. Es el color del amor que se observa, pero no se alcanza.

    Foto cortesía de Netflix.

    Verde: ¿vida o corrupción?

    El verde envuelve a Elizabeth como un velo natural. Es esperanza, pero también advertencia. En la tradición cristiana, este color es sinónimo de renacimiento; en la mirada de del Toro, es la frontera entre la vida y la descomposición.

    Sus tules translúcidos, casi etéreos, evocan El jardín de las delicias de El Bosco: un paraíso que se degrada bajo la mirada del deseo. Elizabeth, amante de los insectos, usa el verde como escudo —un eco visual de su fascinación por la naturaleza, su empatía hacia lo vivo, incluso lo que otros consideran monstruoso—.

    Foto cortesía de Netflix.

    Blanco: ¿pureza o resistencia?

    En su último encuentro con la Criatura (Jacob Elordi), Elizabeth viste de blanco. No es un color de rendición, sino de claridad. Su vestido parece iluminar la oscuridad moral de Victor: frente al pecado de la creación, ella representa la comprensión.

    En palabras de su diseñadora Kate Hawley, ‘Elizabeth no es inocente, es incorruptible’. El blanco, en su cuerpo, es una afirmación: la bondad no se mancha, aunque el mundo se hunda en barro y sangre.

    Los vestidos y joyas de Mia Goth en Frankenstein no visten a un personaje: visten una idea. El rojo es sacrificio, el azul es deseo, el verde es esperanza y el blanco es perdón. En ese tránsito cromático, Goth encarna el viaje de la humanidad desde el fuego prometeico hasta la comprensión.

    Su estilo (entre lo terrenal y lo divino) redefine el vestuario gótico del cine contemporáneo: más que moda, es mitología.

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