Hay películas que se ven con una manta y chocolate caliente. Y luego están las que te obligan a parar, respirar hondo y mirar a quienes tienes al lado como si fuera la última vez. Adiós, June pertenece (sin duda) al segundo grupo.
Este 24 de diciembre, Netflix estrena un drama familiar que no promete risas ni finales fáciles, pero sí algo mucho más raro en Navidad: honestidad emocional. El debut de Kate Winslet como directora llega sin artificios, sin azúcar y sin miedo a incomodar. Y por eso funciona.
¿De qué trata Adiós, June?
La historia es simple, casi cotidiana: cuatro hermanos adultos se reúnen justo antes de Navidad porque la salud de su madre empeora de forma irreversible. No hay giros grandilocuentes ni tragedias impostadas. Hay silencios, reproches antiguos, miradas que dicen más que cualquier diálogo.
June (interpretada por una magnífica Helen Mirren) decide enfrentar su despedida con humor mordaz, verdades incómodas y una lucidez que desarma a todos. Mientras ella parece tenerlo claro, sus hijos se hunden en todo lo que nunca se dijeron.
¿Por qué Kate Winslet eligió contar esta historia ahora?
Adiós, June marca el debut de Winslet detrás de la cámara, pero no se siente como una ópera prima insegura. Al contrario: hay pulso, contención y una sensibilidad muy afinada.
El guion está escrito por Joe Alfie Winslet Mendes, su hijo, y nace de una experiencia personal: la pérdida de su abuela. Esa cercanía emocional se nota en cada escena. No hay distancia, no hay solemnidad impostada.
Reparto de Adiós, June
- Helen Mirren
- Kate Winslet
- Toni Collette
- Andrea Riseborough
- Johnny Flynn
- Timothy Spall
- Stephen Merchant
- Fisayo Akinade
¿Es tan triste como dicen?
Sí, pero no de la forma que esperas. Adiós, June no busca el llanto fácil. Evita la música manipuladora y los discursos grandilocuentes. Su tristeza es más silenciosa, más incómoda, más real. Esa que aparece después de una conversación incómoda. Esa que se instala cuando nadie sabe qué decir.
Adiós, June no llega para salvar la Navidad ni para hacerla más ligera. Llega para recordarnos que el tiempo es frágil, que las familias son imperfectas y que decir adiós también puede ser una forma de amor. Una película que no se ve: se atraviesa. Y cuando termina, algo (aunque no sepas explicarlo) ya no es exactamente igual.
