Ya me separé, ¿ahora cómo sobrevivo?
La pregunta del millón, sobre todo si la separación se dio cuando tú todavía quieres estar con la persona. Es momento de romper ese vínculo, aunque no quieras.
Un terrible dolor en el pecho, taquicardia y lágrimas que no paran, son sólo la antesala del dolor que te viene después de que te has enterado que tu matrimonio terminó. Las promesas rotas y los ideales absurdos de que todo es para siempre comienzan a llegar a tu cabeza. Desafortunadamente no eres la primera ni la última que ha pasado por eso, tan sólo en México el 40% de las bodas terminan así. Con dolor.
Aunque desees con todo tu ser no convertirte en una dramática, el sentimiento no se va, y la sola idea de ser amiga de esa persona que todavía amas y que se va para nunca volver simplemente es intolerable. Entonces, ¿cómo hacer para que las cosas no acaben tan mal, para que sean personas cordiales en lugar de enemigos?
«Lo más importante que podemos hacer es entender que la otra persona no tomó la decisión de dejarnos de amar. Esto simplemente ocurrió, y aunque hubiéramos hecho las cosas diferentes de todas formas se habría terminado», nos comparte la psicóloga y terapeuta de parejas Alma González.
Para ella, el entender que no somos las culpables de lo que pasó nos da cierta perspectiva y con esto viene la aceptación de que nos volveremos a encontrar con el amor, y que esa persona a la que todavía queremos se convertirá en alguien más, lo que abre la puerta a que se conviertan en amigos.
«El mensaje de una amistad, de ser cordiales, de tener una relación llevadera es primordial para aquellos con hijos, con algún tema importante como una hipoteca que saldar. Yo conozco personas que decidieron hacer terapia para ser amigos porque ninguno quería irse a pagar renta y lo lograron», cuenta.
«Dejar ir a alguien no es tarea exclusiva de una pareja, también podría tratarse de un amigo, de un familiar, y por ello debemos buscar la forma de que todo quede lo mejor posible, reforzando una herramienta que en el consultorio a veces no funciona y que es la comunicación», apunta.
Enfrentarte a tu ex pareja y pedirle que las cosas queden mejor de lo que terminaron es un asunto de adultos, de personas con una inteligencia emocional profunda, y que puede llegar a ser doloroso, pero que funciona para que a largo plazo todos entendamos que lo que terminó fue el matrimonio y no la relación.
Si bien es cierto que cuando algo termina lo mejor es darse un espacio, también es importante que reflexionemos sobre lo mejor que será todo si hacemos las cosas bien y si aceptamos en lugar de aguantar.