miércoles, diciembre 24, 2025
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    Belleza sustentable: Los desafíos de la industria

    La industria cosmética ha hecho de la sostenibilidad una prioridad, con el objetivo de pasar de simplemente reducir el daño a regenerar el medio ambiente.

    La belleza sustentable ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una prioridad ineludible en la industria cosmética.

    Este giro hacia la conciencia ambiental y social está impulsando a las principales marcas a redefinir sus procesos, desde la obtención de ingredientes hasta el diseño de sus empaques.

    Hay marcas como Xamania, Amai Natural Ecobeauty, CEIBA, AHAL, Vervan y Rayito de Luna son algunas que aportan su granito de arena para no impactar negativamente al planeta.

    ¿Cuáles son los retos y el futuro de una industria que busca alinear el glamour con la responsabilidad?

    ¿Cuáles son los desafíos de la belleza sustentable?

    Aunque la voluntad de cambio existe, la belleza sustentable, enfrenta obstáculos complejos.

    Las empresas no solo deben mitigar el daño, sino que aspiran a ir más allá, hacia la regeneración. Paola Nimo, gerente de sustentabilidad de Natura, enfatizó que ‘neutralizar o mitigar ya no es sostenible’, y que el verdadero desafío radica en ‘regenerar’.

    Esto implica reequilibrar la relación con la naturaleza, no viéndola como un simple recurso, sino como un elemento del que formamos parte. En este sentido, la gestión de residuos es uno de los mayores desafíos.

    Natura ha demostrado su compromiso con la economía circular al articularse con recuperadores urbanos para reutilizar el plástico. ‘Logramos traer los envases de todo día… de plástico PET 100% reciclado en Argentina post consumo.

    Logramos recuperar 290 toneladas que hubieran ido a un vertedero’, explicó Nimo. Esto representa no solo una regeneración ambiental, sino también social, al revalorizar a los protagonistas de esa cadena de valor.

    Brenda Bianquet, gerente de asuntos corporativos de L’Oréal Group, complementó este punto al hablar de los desafíos a gran escala, como la ambiciosa meta de que el 100% del plástico de sus empaques provenga de una fuente renovable.

    El problema, como señaló, no es la intención, sino la falta de proveedores que puedan surtir a la escala de una corporación global. L’Oréal, por ejemplo, fue una empresa pionera al descubrir hace 30 años un método alternativo al testeo con animales, creando ‘una piel in vitro’.

    A pesar de sus avances, la marca sigue enfrentando desafíos como la gestión hídrica en sus plantas de producción, un problema que requiere no solo inversión sino también infraestructura y soluciones conjuntas con los proveedores.

    ¿Cómo el lujo logra ser parte del movimiento de belleza sustentable?

    El sector del lujo, históricamente asociado con empaques elaborados y objetos de deseo, ha sido uno de los últimos en sumarse a la agenda de la belleza sustentable.

    Sin embargo, marcas como Issey Miyake están demostrando que el lujo y la sostenibilidad pueden coexistir. Rosana Maldonado, fragance trainer de Issey Miyake Parfums explicó que el ADN de la marca está intrínsecamente ligado al agua.

    Desde la inspiración de su creador, lo que los ha impulsado a utilizar ingredientes 90% naturales y a adoptar envases de vidrio y cartón completamente reciclables.

    Además, el concepto de reciclaje ha sido redefinido para el lujo. El re-fill o rellenado, que en el pasado generaba desconfianza en el consumidor, ahora se presenta como una alternativa práctica y económica.

    ¿Cuál es el rol del consumidor de belleza?

    A pesar de los avances de las empresas, la responsabilidad final recae en el consumidor. Un desafío crucial, según Brenda, es el de los hábitos de reciclaje en el hogar, especialmente en el baño.

    Sin embargo, hay señales de esperanza. Paola Nimo de Natura mencionó una encuesta que revela que el 17% de los jóvenes ya considera el consumo consciente como un hábito para cuidar el planeta, un aumento significativo con respecto a años anteriores.

    Esto demuestra que los consumidores están cada vez más informados y proactivos. Natura, por ejemplo, fue pionera en la industria al crear los repuestos en 1983.

    En la actualidad, este concepto es adoptado por muchas marcas, como L’Oréal, que a través de campañas como el ‘Refill Movement’ buscan educar a los consumidores sobre la importancia y practicidad de esta práctica.

    Las empresas también enfrentan la ‘discusión incómoda’ de la huella de carbono. Este es un aspecto que no es visible para el consumidor, pero que es fundamental para la sustentabilidad. La transparencia, por lo tanto, es clave.

    L’Oréal, por ejemplo, ha creado una ‘biblioteca’ digital para que los consumidores puedan conocer el origen y la función de los ingredientes de sus productos, respondiendo a la creciente curiosidad del público.

    Rare Beauty se compromete a ser ecológica a través del uso de envases reciclables y certificados por el Consejo de Administración Forestal (FSC), tintas a base de agua y espuma de embalaje compostable a base de maíz. Foto: @selenagomez.

    Si bien la industria ha dado pasos de gigante, todavía hay desafíos significativos. Existe la preocupación que algunas marcas abandonen esta agenda al enfrentar las dificultades.

    Sin embargo, para las empresas que están verdaderamente comprometidas, como Natura, L’Oréal e Issey Miyake, la sustentabilidad no es una opción, sino una filosofía de negocio.

    El objetivo final es la regeneración, tanto ambiental como social. Se trata de una transición que demanda inversión e infraestructura. Del mismo modo, se necesita una profunda transformación cultural, donde el consumidor entienda que su elección de compra tiene un impacto real.

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