¿Alguna vez te has preguntado si un tutú puede cambiar el rumbo de tu vida? Yo sí. Y aunque la mayoría de la gente nunca se atrevería a salir a las calles de Manhattan vestida de bailarina, para Carrie Bradshaw (y para mí) fue solo el comienzo de una historia de amor con la moda.
Entre Manolos que valían más que el alquiler, vestidos que pesaban tanto como las decisiones equivocadas y abrigos de pelo que la acompañaron en noches de lágrimas (y de cócteles), entendí algo: el estilo no se lleva puesto, se vive. Porque si algo aprendimos de Carrie Bradshaw es que la moda nunca fue un accesorio, fue la trama principal.
Los 10 looks más icónicos de Carrie Bradshaw
El tutú del primer capítulo
El opening de Sex and the City no sería lo mismo sin ese tutú corto en rosa pálido. Una declaración de estilo con la que Carrie dejó claro que lo suyo era romper las reglas.
El vestido floral de su cita con Mr. Big
Romántico, dramático y lleno de volantes. Este vestido de flores se volvió uno de los emblemas de la estética neoyorquina de finales de los 90.
El vestido de novia de Vivienne Westwood
Más que un vestido de boda, fue un momento cultural. La creación de Westwood se convirtió en uno de los looks nupciales más comentados del cine y la televisión.
El abrigo de piel XL
Sobredimensionado, glamuroso y teatral. El abrigo de pelo fue una de sus piezas más recurrentes, símbolo del exceso chic que definió gran parte de su estilo.
El vestido con print de periódico
Diseñado por John Galliano para Dior, este vestido trascendió la trama y se consolidó como uno de los momentos de moda más icónicos de la serie.
El vestido blanco minimalista
Una rareza dentro del universo Carrie: sin estampados ni exceso. Solo un diseño limpio, elegante y minimalista que probó que el menos es más también podía ser suyo.
El Naked dress de DKNY
El icónico vestido slip de DKNY, también llamado ‘Naked dress‘, se convirtió en un momento inolvidable de la serie. Carrie lo lució en su primera cita con Big, demostrando que la elegancia puede ser sensual sin esfuerzo, y que menos a veces es mucho más.
La falda larga de tul
El tul siempre fue su aliado, pero en su versión larga alcanzó otro nivel: teatral, romántico y absolutamente inolvidable.
El vestido de transparencias con flores
En And Just Like That, Carrie mostró que el atrevimiento no se pierde con los años. Las transparencias confirmaron que su esencia provocadora seguía intacta.
La camisa de Mr. Big
Un básico masculino elevado a statement: la camisa blanca, ceñida con un cinturón de Hermès, se transformó en uno de los looks más ingeniosos y recordados.
Al final del día, Carrie nos enseñó que el estilo no se trata de seguir reglas, sino de contar tu propia historia con cada look. Que un tutú puede ser una declaración, que un vestido de DKNY puede ser un acto de valentía, y que los Manolos… bueno, los Manolos siempre estarán allí para recordarnos que la moda no solo se usa, se siente.
Nos despedimos de Carrie Bradshaw, pero sus outfits, su audacia y su irreverencia seguirán caminando por las calles de Manhattan y en nuestro imaginario, recordándonos que ser inolvidable empieza por atreverte a ser tú misma.