La Semana de la Moda de París fue testigo de una nueva y provocadora colección Otoño-Invierno 2025 de Comme des Garçons. Rei Kawakubo, una vez más, desafió las convenciones y ofreció una visión crítica del mundo contemporáneo. La multitud de jóvenes y estudiantes de moda que se congregó en el desfile fue un testimonio del impacto duradero de Kawakubo en la industria.

Un manifiesto contra el poder establecido
La colección de Comme de Garçons se presentó como una protesta contra el patriarcado y el sistema de la moda, una crítica a los grandes negocios, la cultura dominante y los sistemas globales. Kawakubo, a través de sus diseños, planteó la pregunta: ‘¿Qué pasa con las pequeñas cosas que suceden en todos los continentes, en todas partes?’.

La dualidad de la colección
El desfile comenzó con una clara declaración: tejidos de ropa masculina, rayas, cuadros, tartán y franelas grises, transformados en formas grotescas y tridimensionales, simbolizando los uniformes de los asalariados y las corporaciones. Sin embargo, esta imagen inicial fue rápidamente contrastada con la irrupción de la moda femenina: vestidos de cóctel rojos y morados, crinolinas de terciopelo y capas de corpiños y faldas de satén duquesa en tonos vibrantes.

La fuerza de lo colectivo
La banda sonora, con cantos folclóricos búlgaros de trabajadores en los campos, reforzó el mensaje de Kawakubo: la importancia del trabajo colectivo y la independencia en un mundo dominado por las megacorporaciones. Este mensaje se extiende a la cultura de apoyo a diseñadores jóvenes e independientes, fomentada por Kawakubo y Adrian Joffe a través de Dover Street Market.

La visión de Kawakubo
Rei Kawakubo, a menudo vista como una Casandra de la moda, ha advertido repetidamente sobre el inminente apocalipsis. Sin embargo, en esta colección, ofrece una esperanza: el poder colectivo de lo pequeño, la unión para crear algo más ligero, divertido y femenino.

La estética de la resistencia
La colección culminó en una explosión de feminidad y creatividad: volantes de red, guirnaldas, pétalos, tutús y lazos conceptuales tomaron el control de la pasarela, simbolizando la victoria de lo pequeño y lo femenino sobre el poder establecido.
