El estilo andrógino, lejos de ser una moda pasajera, es una declaración de libertad. Busca fusionar lo que convencionalmente se ha asociado con lo masculino y lo femenino.
La moda permite jugar con las prendas y estilos y con la evolución de la sociedad, las barreras y estereotipos de género se están difuminando en diversos ámbitos.
Celebridades como David Bowie, Prince, Harry Styles, Annie Lennox, Grace Jones, Tilda Swinton, Janelle Monáe, Andreja Pejić y Bill Kaulitz son algunas de las celebridades conocidas por tener un estilo que transciende lo binario.

¿Qué significa un estilo andrógino?
El término andrógino proviene del griego y es la fusión de las palabras andros (hombre) y gyne (mujer).
En el contexto de la moda, un estilo andrógino se refiere a una forma de vestir que no se adhiere a las normas de género tradicionales. Combina características de la moda masculina y femenina para crear una apariencia neutral o fluida.
El objetivo no es eliminar la identidad, sino expresarla de una manera que muestre creatividad y libertad de elección. Por ejemplo, David Bowie, la estrella de rock, experimentó con el maquillaje, los trajes ceñidos y los peinados extravagantes para crear su propia estética.
Este estilo se manifiesta en el uso de siluetas neutras, prendas oversized, y una paleta de colores que trasciende las expectativas de género.
Por ejemplo, cuando Janelle Monáe usa un blazer de corte masculino con una estampa a cuadros y con una arquitectura extravagante.
La clave está en mezclar y equilibrar elementos para crear un look cohesivo que se sienta auténtico para la persona que lo lleva, sin importar su género.
Es fundamental distinguir entre un estilo andrógino y una identidad no binaria. Mientras que el primero es una elección de moda, la segunda es una identidad de género.
¿Cuál es el origen de la moda andrógina?
La moda andrógina comenzó con sus primeras manifestaciones en la década de 1920, con el movimiento flapper, donde las mujeres usaban vestidos holgados y cortes de pelo bob. Rompió con los cánones de feminidad de la época.
Figuras icónicas como la actriz alemana Marlene Dietrich se convirtieron en un símbolo de la androginia en la década de 1930 al lucir trajes de sastre masculinos en sus películas.
Más adelante, en los años 60, diseñadores como Yves Saint Laurent popularizaron el esmoquin femenino, conocido como Le Smoking, desafiando las normas de vestimenta.
En los años 70 y 80, la moda andrógina se disparó en la cultura pop gracias a íconos del rock como David Bowie y Annie Lennox. Sus looks camp, teatrales y fluidos eran declaraciones políticas y sociales que cuestionaban las expectativas de género.
En la actualidad, esta tendencia ha cobrado fuerza en las pasarelas de alta costura, en las redes sociales y en el día a día de personas que buscan expresarse con libertad.
¿Qué ropa se considera andrógina?
La ropa andrógina se caracteriza por sus cortes rectos, siluetas holgadas y un diseño que no acentúa las formas del cuerpo. Permite la creación de un estilo personal a través de la mezcla de prendas, como la ropa que usaba la cantante Billie Eilish.
Para construir un guardarropa andrógino, las prendas de vestir clave incluyen chaquetas y blazers de corte recto o oversized que no son entallados.
Los pantalones suelen ser de pierna ancha, rectos o de sastre, sin ajustarse a las caderas. Las camisas de botones con cortes simples y oversized, así como tops y suéteres de cuello alto o camisetas sencillas, son ideales para combinar.
En cuanto a tejidos y colores, se priorizan materiales como la lana, el algodón o el cuero, aunque se pueden mezclar con otros más fluidos como la seda para crear contraste.
La paleta de colores se inclina hacia tonos neutros como el negro, blanco, gris, beige, azul marino y colores tierra, que facilitan la combinación de las prendas de sastrería.
Finalmente, los accesorios y el calzado complementan el estilo. Se prefieren accesorios minimalistas y de corte simple, como cinturones de piel, collares de cadena o relojes de pulsera.
El calzado andrógino por excelencia incluye botas de combate, mocasines, brogues o zapatillas de deporte.
El estilo andrógino, más que una simple moda, es una declaración de libertad personal que ha evolucionado a lo largo de las décadas. La androginia ha desafiado y roto las barreras de género en la vestimenta.
Desde las flappers de los años 20 hasta los íconos del rock de los 70 y 80, y las celebridades contemporáneas como Harry Styles y Janelle Monáe.
Es importante recordar que fusiona lo masculino y lo femenino el es una elección de moda, diferente a una identidad de género no binaria.
En última instancia, su popularidad creciente en la alta costura y la vida cotidiana subraya un cambio social fundamental: el deseo de las personas de vestirse de una manera que se sienta verdadera, libre de las expectativas y los estereotipos convencionales.