A veces no hace falta cortar centímetros ni cambiar radicalmente tu color de cabello para sentir que tu look se renueva. El face framing es la respuesta perfecta: mechas estratégicamente colocadas que enmarcan tu rostro, resaltan tus facciones y aportan un glow natural que parece salido de una sesión de fotos.
Celebrities como Zendaya, Hailey Bieber o Jennifer Aniston ya lo han adoptado, y no es casualidad: este truco de color transforma tu cara al instante, da movimiento al cabello y se adapta a cualquier estilo, desde el más natural hasta el más atrevido.
¿Qué es el Face Framing?
El face framing consiste en aplicar mechas más claras alrededor del rostro, como si fuera un contouring capilar. Su objetivo no es teñir todo tu cabello, sino resaltar lo que más amas de tu cara: pómulos, mirada, mandíbula… todo con sutileza y estilo. Es estratégico, de bajo mantenimiento y totalmente adaptable a tu tono natural.
¿A quién le queda bien?
Spoiler: a todos. El face framing se adapta a cualquier forma de rostro, solo cambia la ubicación y el grosor de las mechas:
- Rostros redondos: alarga visualmente el rostro colocando mechas desde raíz hasta puntas.
- Rostros ovalados: resalta la armonía natural con mechas suaves.
- Rostros cuadrados: suaviza los ángulos con mechas difuminadas.
- Rostros alargados: balancea proporciones con face frames más amplios y bajos.
Un buen colorista sabrá encontrar el balance perfecto para ti.
¿Qué colores funcionan mejor?
El secreto está en el contraste suave. Tonos cálidos como miel, caramelo y chocolate dan un acabado natural; mientras que opciones más atrevidas, como rosa pastel o platinado, crean un look moderno y disruptivo. Además, el face framing se puede combinar con otras técnicas, como el money piece o los degradados tipo babylights, para resultados más dinámicos.
Face Framing vs Balayage: ¿cuál elegir?
No confundas luminosidad con degradado. Aunque ambos iluminan, su enfoque es distinto:
- Face framing: resalta el rostro de manera puntual y sutil, ideal para un efecto fresco y juvenil.
- Balayage: aplica luz de manera más general, creando un look degradado y playero.
Lo mejor: muchos estilistas combinan ambas técnicas para lograr un efecto armónico y personalizado, sin complicaciones de mantenimiento.
Directo de los años 90, las mechas face framing regresan con un giro retro: acabados llamativos y contrastes marcados que reinterpretan el chunky highlights clásico. Antes pensadas para melenas oscuras, hoy son la herramienta perfecta para un hair contouring adaptable a cualquier color.

