La actriz revive un clásico de Shakespeare en el teatro mexicano
Irene Azuela, la protagonista de Hamlet, una de las obras más icónicas del dramaturgo William Shakespeare, se convierte en nuestra protagonista de portada, en la que posa a través de una moda fuerte y poderosa, en la que Tiffany la acompaña como testigo y gran aliada.
Fotografía, Carlos Ruizc.
Realización, Sergio Valenzuela.
Producción, Marie Claire México.
Asistente de moda, Mary Lizbeth Pérez.
Maquillaje, Gus Bartolotti, Peinado, Itzel Pacheco @ ItselPachecoMKUP.
PR: Manuel Navarro
Era una tarde de febrero, cuando Irene Azuela llegó al estudio fotográfico para protagonizar la portada de abril de Marie Claire.
Amable, sonriente y muy franca colaboró con todo el equipo para crear las fotos más auténticas de ella misma.
Sin dejar de lado su inigualable talento en la actuación, la actriz nos ha demostrado lo multifacética que puede llegar a ser.
De sus proyectos en cine, teatro y televisión, todos vienen acompañados del éxito, ese en el que se esconden largas jornadas de trabajo y miles de casting por hacer, la suma de su esfuerzo y perseverancia.
Irene es una mujer que no teme salir de su zona de confort para interpretar nuevos personajes, pues a través de su rol en la actuación es su manera de cambiar la percepción que la sociedad tiene sobre las mujeres.
Le interesa proyectar personajes de mujeres fuertes, trabajadoras y seguras de sí mismas como reflejo de la nueva realidad.
De los últimos proyectos en que la hemos visto actuar, cabe resaltar su participación en Monarca, Los Enviados-una serie de terror, misterio y suspenso de Paramount Plus-y ahora Hamlet, una de las obras más icónicas del dramaturgo William Shakespeare, que se estrenará el 18 de marzo en el teatro Milán.
En esta obra compartirá créditos con Poncho Borbolla, Miguel Santa Rita, Tamara Vallarta, Naian González Norvind, Emma Dib, Carlos Morales y David Gaitán, además de que es dirigida por Angélica Rogel.
Dicen por ahí que los actores se hacen en el teatro-por las bases actorales- y la adrenalina de entrar a escena es una sensación única:
“Me pasa mucho en el teatro que en las primeras funciones siempre estoy nerviosa. Cuando dicen tercera llamada mi cabeza solo piensa por qué estoy haciendo esto, en qué momento decidí que esto iba a ser parte de mi vida, pero una vez que estoy en escena se me olvida todo y lo disfruto mucho. Es una sensación que no se me va a quitar jamás”, comparte la actriz.
Acostumbrada a los retos que trae consigo está profesión, Irene sabe cómo tomarlos e incluso cómo enfrentarlos.
“Me considero una mujer de retos, si no me los pongo me aburro y siento que vivo en la monotonía y es muy difícil salir de ahí. Mi autoexigencia no me deja descansar, así que me pongo retos constantemente. Lo lindo de este trabajo es que todo el tiempo estás cambiando de personaje y de equipo. Hay personas que te enseñan más que otras, pero de todo aprendes y sacas una gran lección”, expresa a Marie Claire.
Aunque Irene es muy consciente de que rara vez las oportunidades se presentan dos veces, ha sabido llevar su carrera a la par de su vida como mamá.
En cuanto termina un proyecto le gusta salir de su entorno e irse de viaje. Además, prefiere observar con ojos distintos el mundo, el pasar del tiempo y las personas. Le gusta ir a lugares donde la cultura le sea ajena y que le obliguen a desconectarse.