Simon Porte Jacquemus no necesita grandes escenarios para contar grandes historias, pero cuando lo hace, transforma espacios como el Palacio de Versalles en un lienzo para sus recuerdos más íntimos. Le Paysan, su colección Primavera/Verano 2026, es mucho más que moda: es un viaje sensorial al sur de Francia, un homenaje a sus raíces rurales y una oda a la infancia.
Entre tules que parecen susurros y lino que cruje con la memoria, la maison convierte el lujo en un gesto sencillo, artesanal, lleno de emoción. Esta vez, la alta costura no desfiló, narró. Y nosotros, sus espectadores, fuimos testigos de una elegancia que se siente, no solo se ve.
¿Qué hace tan especial a Le Paysan?
No es solo el lugar —Versalles, glorioso e irónico frente al concepto de campesino—, ni las piezas que parecen esculpidas a mano, sino el mensaje: un regreso emocional a sus orígenes.
Jacquemus SS26 no busca impresionar, sino conmover. Esta es su entrega más autobiográfica, más silenciosa y más luminosa. No hay guiños a la tendencia del momento; hay un deseo genuino de contar una historia. Y eso se nota.
¿Qué tendencias reinterpretó Jacquemus?
En Le Paysan, los clásicos de la moda rural se reinventan con un aire contemporáneo y delicado: los delantales de tul invertidos, por ejemplo, dejan de ser simples prendas funcionales para convertirse en esculturas femeninas que homenajean la herencia campesina con un toque onírico.
Las siluetas voluminosas y ondulantes, sugieren una feminidad libre y ligada a la naturaleza, mientras que las chaquetas con semicorsés internos combinan estructura y suavidad en un equilibrio sofisticado.
¿Por qué los accesorios fueron protagonistas en la colección?
Los accesorios y detalles artesanales también juegan un papel fundamental. Las alpargatas con plataforma, las joyas que imitan frutas y verduras, y los bordados que evocan ajuar vintage elevan la artesanía tradicional a un lujo contemporáneo.
El nuevo bolso Le Valerie, bautizado en honor a su madre, resume toda la colección: es contención, memoria, abrazo. Las boinas arlesianas, los pañuelos al cuello, las alpargatas de rafia tejida y los guiños surrealistas (como ajos o puerros de cuero) aportan esa mezcla de costumbrismo elevado que solo Jacquemus SS26 sabe convertir en objeto de deseo.
¿Qué colores definieron la colección de Jacquemus?
La colección se mueve en una paleta calmada y emocional. Predominan los blancos lechosos, cremas suaves, negros desgastados y beiges que parecen sacados de una fotografía antigua. El amarillo mantequilla, el azul cielo y el rosa suave aportan chispazos de luz, como si el sol del sur de Francia se colara entre las costuras. Todo respira armonía, sin saturación, sin ruido.
¿Qué materiales dan vida a Le Paysan?
El alma de la colección está en la textura. Jacquemus trabaja el lino, la popelina, el tul inglés y la muselina como si fueran reliquias emocionales. Destacan piezas de artesanía sublime, como un vestido confeccionado con 700 metros de cordón, adornado con diamantes de tafetán. Cada tela cruje, cae o envuelve como si recordara algo: un gesto, una voz, una madre.
¿Moda masculina o femenina?
Ambas. Aunque el desfile se presentó bajo el marco de la moda masculina, la colección es completamente híbrida. Las siluetas masculinas —chaquetas cortas, pantalones amplios de lino, piezas inspiradas en el cine de Marcel Pagnol— conviven con los vestidos esculturales y románticos que desfilaron en cuerpos femeninos como el de Alex Consani. Todo está tejido bajo el mismo lenguaje emocional.
¿Qué nos deja esta colección de Jacquemus SS26?
Una certeza: cuando la moda se conecta con lo real, lo emocional, lo no impostado, puede conmover tanto como una canción o un poema. Le Paysan no es solo una colección, es un acto de retorno. La maison no necesitó ruido ni artificios para brillar; solo su historia, su sensibilidad y una forma muy suya de convertir el pasado en belleza.
Le Paysan nos recuerda que la moda más poderosa es la que lleva historia, emoción y memoria en cada puntada. Un lujo que se siente, no solo se ve.
