Marie Claire platicó con el actor sobre su más reciente cinta
Uno de los actores más importantes de México es sin lugar a duda Gael García; su forma de crear personajes habla de una cosmovisión específica, que le ha llevado a ganar diversos premios, y a convertirse en un precursor de los artistas latinos en Estados Unidos.
En esta ocasión, platicamos con él por el estreno de su cinta Old; una magistral pieza del aclamado director M. Night Shyamalan, en donde da vida a un matemático.
¿Cuál fue el reto más grande para hacer esta película?
Lo más complicado en sí fue la interpretación teórica de qué pasaría si el tiempo transcurriera más rápido, cómo reaccionarían estos personajes, qué harían en esta situación, y la cuestión teórica ahí se queda muy corta, porque nos damos cuenta que el tiempo es el gran rector de nuestra existencia. Cuando empezamos a existir, de una manera a ser conscientes de ello, el tiempo es una regla que aceptamos inmediatamente, como algo que sucede para todxs al mismo tiempo, que no cambia, pero al final de cuentas es un rector empírico. Cuando avanzó la ciencia nos dimos cuenta que en otras partes del Universo el tiempo viaja a otra velocidad, y no sólo eso, que aquí mismo en la tierra, en el cielo o en las profundidades del mar por una fracción de segundo viaja a otra velocidad, pero dejando eso a un lado, la parte que percibimos como seres humanos nos deja entender que el tiempo es igual para todxs, en cuanto el tiempo empieza a avanzar muchísimo más rápido, como es la premisa en esta película. En ella no podemos escapar del lugar donde estábamos, y además, cualquier lógica que tratábamos de utilizar, o que los personajes quieran emplear para poder escapar o solucionar lo que está pasando, no tiene sentido, porque una vez que se pierde el eje rector del tiempo todo se vuelve difícil de desmenuzar o de poder controlar, y para mí eso fue lo más complicado. La única manera que encontré fue probando diferentes cosas, probar algo que tenga este color, o este sabor, para entender cómo hacerle, pero al final eso es lo lindo de una premisa tan ambiciosa y con una expresión artística tan tenaz y tan avasalladora.
ENTÉRATE: Tilda Swinton juega tierna broma a Timothée Chalamet
¿Qué te enamoró de tu personaje?
A lo que llegó es más a una empatía emocional, donde acompaño de alguna manera al personaje, incorporando muchas cosas de mí obviamente. Me emocionaba que es un personaje que tiene muy poco qué ver con quien yo soy, es un hombre calculador, es actuario, vive con la matemática aplicada, tiene un trabajo completamente distinto al que yo tengo, y una cosmovisión muy distinta también. Es muy miedoso para ciertas cosas, así que creo que en ese sentido era un retrato negativo mío, y eso era precisamente lo que me gustaba.
Los dos estamos en nuestros 40, y esta es la edad en donde uno se pone a recalcular la vida, a entender lo que quiere para el resto de lo que nos queda, ¿te ha pasado?
A nadie se le escapa esa reflexión, ¿no?, al llegar a los cuarenta pensamos «¿qué momento es este, es la mitad, es el comienzo del medio tiempo?», para mí acaba de terminar el medio tiempo, porque para este punto ya entendimos muchas cosas, y hacemos reflexiones como las de Vittorio Gassman, que la vida debía de ser como una representación teatral, ensayamos un ratito y después hacemos la función, vivirla dos veces en ese sentido. Los que nos dedicamos a la actuación tenemos un vehículo con el que podemos sublimar muchas de las inquietudes de forma de un tanto poética, no tan formal, ni tan específica con las palabras, y esa es una gran ventaja, porque vivimos en una época en donde hay que definirse inmediatamente, saber qué sentimos, no contradecirnos, y la verdad es que no podemos vivir así, porque estamos en constante evolución, y por ello existen reflexiones en torno al tiempo y cómo pasa, y sobre eso todxs tenemos algo qué decir, tenemos algo que sentir, siento que todo vale.
¿Te tomas todo con más calma?
Sí, todo con más calma, sin precipitarme.
Te has convertido en uno de los actores más emblemáticos para los latinos, ¿cómo te sientes al respecto?
La verdad yo nunca pensé que haría cine, porque me tocó una época en donde la producción de películas estaba en lo más bajo, donde a penas se estaba gestando un «algo» que todavía no sabíamos en qué se convertiría. Cuando estrenamos Amores Perros, se hicieron sólo seis películas mexicanas ese año, y ahora volteas y sólo el año pasado se hicieron 160, así que es maravilloso poder participar, ser una de las personas que ayudó a que el imaginario latinoamericano creciera mucho más, porque teníamos que contarnos esas historias, porque si no lo hacemos no vale la pena armar comunidad.
SÍGUENOS EN INSTAGRAM: @marieclaire_la