viernes, julio 26, 2024
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    Louis Vuitton Presidencial

    La victoria de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales francesas, el pasado domingo, no fue solo el éxito del espíritu del sector centro-democrático del joven contrapuesto a la extrema derecha, también fue una victoria para la moda, en especial para la alta moda francesa y el papel que desempeña en reflejar su cultura y su patrimonio en el mundo.

    Aunque suene frívolo, el rol de la moda y la política van de la mano. Sea por los colores o por los diseñadores, los atuendos que usan los estadistas y sus parejas transmiten un mensaje claro.

    Por ejemplo consideremos el atuendo de la noche electoral de Brigitte Macron: una chaqueta azul marino recortada de Louis Vuitton hecha a medida con detalles militares plateados y pantalones a juego, perfectamente coordinada con el traje azul marino de su esposo: Sobrios pero firmes trasmitiendo una convicción de triunfo y de unidad para una Francia que la necesita.

    Los trajes representaron el frente unido de la pareja y fungen como una señal sutil de una administración que respalda los grandes emprendimientos (LVMH) y se afianza en el libre mercado donde esas inter-relaciones seguirán floreciendo en su segundo mandato.

    Parte de la idiosincrasia francesa viene de la moda y en su historia el lujo siempre ha sido perfil insoslayable del poder político que rige el País. La primera dama tiende a solo vestir marcas francesas, como Balmain (cuyo diseñador, Olivier Rousteing, publicó una declaración en Instagram elogiando la reelección de Macron) y Alexandre Vauthier, siendo notable la presencia predominante de la maison “Louis Vuitton” en el guardarropa público.

    De hecho, es Louis Vuitton quien durante los momentos más importantes e icónicos de la pareja presidencial ha estado presente siendo parte de su trayectoria.

    Recopilando su historial, la primera dama Brigitte Macron ha vestido Louis Vuitton para la primera toma de posesión de su esposo en 2017 (un traje de minifalda azul claro con otra chaqueta de inspiración militar). También para las celebraciones del Día de la Bastilla en 2017, 2018, 2019 y 2020; Louis Vuitton estuvo presente en diferentes apariciones diplomáticas fuera de Francia incluyendo la cena de estado en el 2018 organizada por el ex presidente Donald Trump.

    Y aunque como ya mencionáramos, si bien no es de extrañarse ver marcas de lujo ser lucidas por primeras damas, si existe una alianza , no anunciada pero particularmente genial, entre Louis Vuitton y los Macron.

    El Presidente Macron ha apoyado ampliamente la moda francesa, invitando a los diseñadores a dos cenas en el Palacio del Elíseo durante la Semana de la Moda de París. Es una pacto de poderes, el político y el empresarial que ha servido muy bien a ambos lados.

    Al final, la moda es parte importante de la economía francesa y de su patrimonio, y Louis Vuitton juega un papel muy específico en ambos. La industria representa un millón de puestos de trabajo en el país y el 2,7% de su producto interno bruto calculado más o menos en 150 mil millones de euros en ventas directas, según la Fédération de la Haute Couture et de la Mode, (el organismo rector de la industria).

    Louis Vuitton, es en sí una fuerza y un patrimonio nacional cuyo imperio trasciende la moda y se extiende hasta la esfera de las artes plásticas.

    La saludable relación entre la presidencia del país y el conglomerado francés refuerza ideologías prósperas para la economía doméstica del país y contribuye a su crecimiento, hacia un futuro empoderador a nivel mundial.

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