El futuro de Mugler ya tiene nombre propio. Miguel Castro Freitas presentó su primera colección para la maison con un manifiesto de sensualidad feroz: siluetas de femme fatale en látex, plumas que desbordaban dramatismo y una sastrería afilada que redefine el poder femenino.
‘Aphrodite Stardust’ fue un viaje entre archivo y presente, donde la teatralidad mugleriana se encontró con un realismo glam que invita a vivir el deseo más allá de la pasarela.
¿Cómo fue el debut de Miguel Castro Freitas en Mugler SS26?
El desfile estuvo cargado de simbolismo. Con una pasarela iluminada dramáticamente, Freitas dejó claro que su visión es tanto homenaje como ruptura. ‘Mugler era conocido por su idea de las mujeres como criaturas de otro mundo: intimidantes e intocables. Yo quería traer eso al presente y hacerlo más cercano’, explicó antes del show.
La colección, concebida como una trilogía de clichés glorificados, arrancó con ‘Stardust Aphrodite’: un capítulo donde la sensualidad, la fuerza y la fantasía se transformaron en piezas que oscilaban entre el archivo y la modernidad.

¿Qué tendencias dominaron la colección de Mugler SS26?
La propuesta de Miguel Castro se movió entre lo sensual y lo estructurado, recuperando la silueta icónica de Mugler para darle un giro contemporáneo. La sastrería feroz convivió con faldas lápiz en tela y látex, mientras los tops estructurados se transformaban en una suerte de corsets modernos.
La feminidad se exploró también a través de vestidos translúcidos que insinuaban más de lo que mostraban, y de detalles en plumas, flecos y cuero que aportaban teatralidad y movimiento. En conjunto, las piezas proyectaban un magnetismo escultural y provocativo, aunque suavizado por un aire más real y cercano, marcando así una nueva forma de entender el poder femenino en la pasarela.

¿Qué colores y texturas marcaron la propuesta de Mugler SS26?
La paleta cromática fue un viaje entre la neutralidad y el dramatismo. Tonos beige, negro, gris y blanco convivieron con destellos de durazno pastel, amarillo vibrante, morado y aquamarine.
En cuanto a texturas, el desfile fue un despliegue de contrastes: látex y cuero se enfrentaron a sedas líquidas y transparencias; plumas y flecos aportaron movimiento, mientras los metálicos dieron un toque de fantasía futurista.


¿Qué prenda fue icónica y llamó la atención del público en el desfile?
Entre las piezas más comentadas destacó un vestido nude con transparencias, adornado con estrellas metalizadas de distintos tamaños que brillaban con cada movimiento. Lo que lo hizo realmente fascinante y disruptivo fue su construcción: no tenía cuello, sino que se sostenía enganchado a través de los piercings del busto de la modelo, un gesto audaz que reafirma la esencia vanguardista de la maison.
Mugler siempre ha sido pionera en elevar el cuerpo femenino con diseños muy sensuales —desde el legendario Bumster hasta los escotes extremos en la espalda baja o los icónicos naked dresses—, y Miguel Castro Freitas sigue ese legado, dignificando materiales como el cuero y el látex, mientras reinventa la sensualidad con un toque contemporáneo y provocador.
Este vestido no solo impactó visualmente, sino que condensó toda la filosofía de Mugler: atreverse sin perder elegancia, jugar con la forma y celebrar el cuerpo femenino como arte.

¿Cuál es la nueva filosofía de Mugler bajo Miguel Castro Freitas?
Freitas propone un Mugler que sigue siendo poderoso, sensual y teatral, pero que se libera de la distancia inalcanzable para volverse más humano, cercano y usable. ‘El glamour no tiene por qué vivir solo en el escenario’, parece decir su propuesta, ‘puede habitar la vida diaria’.
Esa visión conecta directamente con la mujer actual: fuerte, magnética, pero también real. Una femme fatale contemporánea, menos mítica, más tangible.
¿Qué significa este debut para la maison?
El arranque de Miguel Castro Freitas marca un punto de inflexión. La colección se sintió más estructurada y refinada, aunque aún con cierta crudeza artesanal que recuerda los inicios de la casa. Y, fiel a la tradición Mugler, no faltó el toque lúdico, descarado y provocador que siempre ha definido sus espectáculos.
Con este debut, Mugler se reinventa en clave contemporánea: una maison que honra su archivo sin convertirse en reliquia, y que entiende que la fuerza femenina puede ser tan cotidiana como extraordinaria.
Miguel Castro Freitas no solo presentó su primera colección para Mugler: presentó una visión del futuro. Una en la que la mujer no necesita ser un ser de otro planeta para intimidar, fascinar y conquistar. Basta con ser ella misma.