La religión y la cultura son eje de este trabajo
Kader Attia creó una de las obras más impresionantes de nuestra generación debido a la religiosidad de su madre. En Ghost, podemos ver a un grupo de 40 figuras realizadas con aluminio que representan a mujeres en plena oración.
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Esta es una de las múltiples piezas que se encuentran en la exposición On Silence, del Doha’s Mathaf Arab Museum of Modern Art en Qatar.
En Ghost el artista nos habla de la percepción de la religión, la búsqueda de un sentido de pertenencia y las promesas y trampas del multiculturalismo.
Estos temas complejos son recurrentes en Kader Attia, tan sólo su primera escultura, titulada The Dream Machine (2003), mostraba una figura encapuchada mirando una máquina expendedora provista de artículos que están prohibidos en la fe islámica.
«Fue una forma irónica de mostrar cómo las comunidades racializadas también reflejan lo que la sociedad dominante está produciendo y consumiendo», explica a la prensa sobre est trabajo.
Kader Attia fue migrante desde su juventud, viviendo en lugares como París y Argelia, su labor se enfoca en hablar de lo diversas que son las culturas, y las luchas de las religiones.
«Mi padre solía decirme que como migrante, lo más importante no es ni el tipo de lugar donde vives ni el que vas a encontrar. Lo más importante es el viaje», comparte.
La exposición también incluye a la obra The Landing Strip, que da voz a grupos desposeídos que a menudo se han visto obligados a esconderse en silencio.
Este tema también lo vemos en video Collages de 2011, donde viaja a Mumbai con la periodista y activista transgénero Hélène Hazera para visitar comunidades de hijras, quienes se identifican como tercer género y a menudo luchan por encajar en la sociedad india.
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