lunes, junio 16, 2025
More

    ¿Una selfie o una conversación? Sarah Jessica Parker lo tiene claro

    La actriz de Sex and the City revela por qué rechaza tomarse fotos con fans (y lo que ofrece a cambio puede sorprenderte). Spoiler alert: no es por diva, sino por autenticidad.

    Hoy en día una selfie vale más que mil palabras, y Sarah Jessica Parker ha decidido ir a contracorriente. No, no es que esté en contra de sus fans. No se trata de esnobismo ni de querer vivir en una burbuja de celebridad. Es más profundo, más íntimo, más… humano.

    Durante una entrevista con Howard Stern, la inolvidable Carrie Bradshaw —sí, la misma que escribía columnas mientras fumaba con tutús de tul— explicó por qué prefiere una conversación sincera antes que posar para una foto. Y no, no se trata solo de proteger su espacio personal. Es una especie de manifiesto emocional, un recordatorio elegante de que estar presente vale más que una imagen perfecta.

    ¿Qué pasó en el aeropuerto (y por qué ese momento lo cambió todo)?

    Todo comenzó en un aeropuerto, como suelen comenzar muchas historias modernas. Una mujer se le acercó sin mediar saludo ni presentación y le pidió una foto. Parker —más serena que sarcástica— reaccionó con una pregunta: «¿Ni siquiera nos conocemos? ¿Cómo te llamas?». Julie, respondió la fan.

    Y entonces, Sarah propuso algo diferente. No una negativa seca ni un desplante de celebridad en modo estrella, sino una invitación. “No nos vamos a tomar una foto, pero vamos a tener una conversación. Te garantizo que será mucho más significativo.” Y lo fue.

    La actriz se fue a comprar comida para su familia, pero volvió. Junto a su hermano, regresó para hablar con Julie y sus amigas. Una mesa, varias voces, ningún filtro. Lo que prometió, lo cumplió.

    ¿Por qué las selfies ya no significan tanto (según Sarah)?

    No es que Sarah esté en contra de las selfies como concepto pop. Es el gesto lo que le incomoda: ese acercamiento sin alma, con el teléfono en mano, el flash listo y la sonrisa forzada.

    “Siempre me sobresalta”, confesó. “Prefiero mucho más que alguien se me acerque y diga: ‘Tal vez este no es tu mejor momento. Me llamo Verónica, estoy aquí y estoy emocionada de verte’”. Y boom: una lección de etiqueta emocional en menos de 10 segundos.

    ¿Es Sarah Jessica Parker una maestra de los modales modernos?

    Howard Stern no pudo evitar decirlo: “Es como si fueras una maestra enseñando a todos cómo comportarse. Es jodidamente molesto, ¿verdad?”

    Pero Parker no se lo tomó a mal. De hecho, asumió el rol con elegancia. No como quien da cátedra, sino como alguien que protege la humanidad de los vínculos, incluso los más fugaces. “No es molesto. Es simplemente una forma distinta de interactuar. Prefiero eso.”

    Porque sí, Sarah prefiere las conversaciones a los clics, los nombres propios a los hashtags, los recuerdos reales a los instantes capturados.

    ¿Y si nos replanteamos la cultura del selfie?

    Hace no tanto tiempo, lo cool era pedir un autógrafo. Hoy lo común es un selfie. Y mañana, quién sabe. Pero lo que Sarah Jessica Parker propone no es un regreso al pasado: es una evolución. Una invitación a detenerse. A presentarse. A conversar, aunque solo sea por unos minutos.

    Quizá sea el giro más inesperado de una estrella que nos enseñó a no tener miedo de decir lo que sentimos y, ahora, también a no tener miedo de mirar a alguien a los ojos sin necesidad de filtros.

    Suscríbete a nuestro newsletter

    Recibe las mejores noticias y artículos de interés para ti.

    Otros artículos