Durante décadas, Accutane ha sido el tratamiento más eficaz —y más polémico— en la dermatología moderna. Su principio activo, la isotretinoína, es un derivado de la vitamina A capaz de reducir drásticamente la producción de grasa en la piel, disminuir la inflamación y evitar que los poros se obstruyan.
Los resultados, en la mayoría de los casos, son sorprendentes: una piel más limpia, sin brotes y con menos cicatrices. Pero su eficacia no llega sin advertencias. La isotretinoína puede causar efectos secundarios importantes, por lo que su uso requiere control médico estricto, análisis de sangre regulares y, en mujeres, medidas anticonceptivas rigurosas.
¿Qué es el Accutane?
Accutane es el nombre comercial de la isotretinoína, un medicamento que pertenece a la familia de los retinoides, derivados de la vitamina A. Se administra por vía oral y actúa directamente sobre la piel desde el interior, regulando funciones celulares que intervienen en la aparición del acné.
¿Para qué sirve Accutane en el tratamiento del acné?
Este fármaco está indicado principalmente en casos de acné severo, nodular o quístico, es decir, cuando existen brotes profundos, inflamatorios y dolorosos que no responden a otros tratamientos, como antibióticos o terapias tópicas.
La isotretinoína actúa sobre los factores que originan el acné:
- Reduce la producción de sebo, evitando la obstrucción de los poros.
- Normaliza la renovación celular, lo que previene la formación de comedones.
- Disminuye la inflamación y, con ello, la aparición de lesiones.
En la mayoría de los casos, el tratamiento con Accutane logra una remisión prolongada o completa del acné, aunque su prescripción y dosificación dependen siempre del criterio médico.
La información aquí presentada tiene fines exclusivamente informativos y no sustituye la consulta médica profesional.