jueves, julio 4, 2024
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    Rafael Agustin, un ilegal que logró el sueño americano que no buscó

    De origen ecuatoriano, él es el autor de «Ilegalmente tuyo» y escritor de «Jane, The Virgin», serie protagonizada por Gina Rodriguez…

    Detrás Rafael Agustin, encontramos al magnífico escritor de «Jane, The Virgin» y autor de «Ilegalmente tuyo», su más reciente libro publicado que presentará el 19 de noviembre en la feria del libro de Miami.

    De padres inmigrantes, luchar por los estereotipos latinos en producciones de Hollywood, su debate con el colorismo latinoamericano, sus raíces en Ecuador y su constancia por el despertar latino y su comunidad para hacer valer sus derechos. Enseña y guía a sus pares a enfrentarse a los obstáculos, problemas migratorios. Nos habla desde las profundidades, de su libro y su experiencia como guionista de la serie protagonizada por Gina Rodríguez.

    El momento en que la tarjeta de residente llega, todo cambia para uno.

    Así es. Y recuerdas todo el temor que tenías antes. Te sientes hasta más liviano.

    Sí. ¿Te sientes libre? ¿No?

    Sí. Libre. Es como si tuvieras un peso en los hombros. Todo este peso que has estado cargando contigo toda tu vida de este país, como que ya te deshaces de eso.

    Y ahora que miras hacia atrás. Todos esos años de incertidumbre… todo lo que pasó, sientes que valió la pena? ¿Lo volverías a vivir?

    Yo diría que sí, porque justo he estado leyendo estudios que enseñan que la gente más feliz, es la gente que ha tenido una jornada que han llegado de un punto a otro. Es decir, gente como nosotros, tenemos más felicidad en nuestra vida que la gente como la que comienza arriba, que tienen mucho dinero y continúan ahí. Ellos no están felices. Nosotros sí, porque tuvimos esa jornada.

    Claro, porque no han tenido desafíos. ¿No? No se han visto obligados a crecer

    Sí. Después de todos estos años, yo me doy cuenta que mis problemas migratorios fueron lo que me hicieron un escritor.

    Yo creo que yo estoy trabajando en Hollywood hoy en día por por haber sido indocumentado. Porque saliendo de la secundaria acá, yo fui aceptado en muchas universidades, pero no pude ir porque no tenía cómo conseguir el financiamiento. Entonces, tuve que ir al Community College aquí en California que engloba las artes, teatro y escritura. Allí me di cuenta que muchas personas viven esa misma historia.

    Quieren escuchar más, sienten esa necesidad porque estás hablando en el mismo idioma…

    Sí, yo creo que sí. Y lo lindo de este libro, de los temas que hablo… me he dado cuenta que no solamente son latinos a los que le están llegando el libro. Son hijos de padres inmigrantes. El libro los atrae muchísimo.

    En Latinoamérica no tenemos nuestros propios superhéroes. Ni gente, ni historias de las que nos sintamos orgullosos.

    Tienes toda la razón del mundo. Y la cosa es que en este país, lo que mejor importa es Hollywood… son las historias, las imágenes, el cine, la televisión, etc. Tienes razón porque en Ecuador, yo crecí sosteniendo todo lo que yo veía, era de los Estados Unidos.

    Para mí, muy honestamente es cómo hablamos de nuestras historias y cómo escribimos nuestras historias. Nosotros todavía somos una comunidad muy joven en la industria de Hollywood.

    Es una comunidad relativamente nueva y la hemos fortalecido con el tiempo.

    Lo que yo he estado diciendo en estos últimos años, recordando a toda la gente que quiere escribir, es que se acuerden que nuestra latinidad no es el género. No puedes decir, voy a vender una historia latina porque eso no existe.

    Tú vas a vender una historia romántica, comedia, una película de ciencia ficción y nuestra latinidad debe ser como la parte especial y extra de esa historia. No debe de ser la historia. Nuestra latinidad no es el género.

    ¿Cuál crees que fue el éxito de «Jane, The Virgin»?

    Es porque era comedia de familia y tenía una historia de hija, madre y abuela. Era remontar tres generaciones en una serie. Y eso es algo que todos podemos hacer: reinventarnos.

    También hablas del colorismo latinoamericano. En otras palabras, con cuando refiriéndote a tu abuelo también. Y el colorismo latinoamericano es algo de lo que no hablamos.

    No, para nada.Y eso es algo que me da mucha pena, porque es un problema muy grande. Yo me acuerdo que cuando yo regresaba a Ecuador por primera vez como adulto… yo tenía peleas con mi familia, que me decía que el racismo es un problema de Estados Unidos. Eso no existe acá. Yo me quedé boquiabierto, no puedo creer que ni pueden pensar que eso es algo común en el mundo.

    Eso es algo que vemos desde la colonización porque hablábamos de nuestros héroes y no tenemos muchos héroes. En Latinoamérica, todos crecemos leyendo de Simón Bolívar, pero nunca nos cuentan la historia que creo que era como 60% de su ejército eran afrolatinos y eso nunca lo hablan. Y él, después de que tiene la independencia, no luchó por la libertad. Y la y cualidad para ellos, como él dijo que ella a luchar. Esas partes de la historia nunca nos cuentan. Y eso, eso me da pena.

    Rafa, te van a ver, te van a oír muchos inmigrantes, de cómo tu familia enfrentó obstáculos para encontrar su propio camino. ¿Cuál crees que pueden ser las claves para no dejarte vencer por ese diario vivir cuando llegamos a otro país?

    Hablando con muchos estudiantes que son indocumentados, yo creo que el problema más grande que he encontrado son padres que son inmigrantes, no se dan cuenta que la mejor inversión que pueden hacer es que sus hijos consigan una educación en la universidad.

    Muchos inmigrantes que vienen a este país, piensan que tenemos que comenzar a trabajar y generar dinero, pero no se dan la oportunidad de ver un futuro más grande para conseguir una educación en el nivel de universidad.

    Tu obra de teatro, fue como encontrar tu propia voz. Es lo que yo llamo: encontrar tu propósito en la vida. ¿Cómo tú puedes encontrar ese camino, de vuelta a la esencia, darte cuenta para qué eres bueno y cómo sacarlo a la luz?

    Sí, wow. Para mí, resultó con la idea de que fui a la universidad para enfocarme en la actuación. Y al darme cuenta de que no habían papeles en los que yo podía actuar o protagonizar. Empecé a crear esas oportunidades. Me di cuenta que tenía que escribir.

    Tu Dios es una chola

    (Risas). Bueno, sí. ¿Qué te puedo decir? Todos tenemos nuestra forma de ver a Dios. Y, para mí, siempre fue una mujer bien fuerte, poderosa y una chola de mi comunidad. Así yo veo mi impresión del poder.

    Rafa, con respecto a todo lo que te está pasando, el éxito de tus producciones, tu libro… ¿Tú lo habías soñado?

    Yo siempre quise una carrera en Hollywood. Pero de escribir un libro… no sé, no pensaba que eso era algo que yo podía lograr. La suerte que yo tuve, es que encontré a una agente de libros, que es latina y ella fue la que me dijo: “tú puedes hacerlo. Y lo podemos hacer juntos. Y yo te voy a enseñar cómo hacerlo”. Se llama Johana Castillo y es ecuatoriana. Claro, por suerte, ella vio en mí, algo que yo no vi en mí mismo.

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