Daniel Roseberry es de los pocos diseñadores en la actualidad que se permite soñar más allá de las convenciones y compartir esos sueños con las mujeres que le rodean. Su colección Primavera-Verano 2025 Alta Costura para Schiaparelli es un desafío a la modernidad.
La colección está titulada ‘Icarus’ pero no necesariamente porque haya referencias al héroe griego. En este caso Daniel es Ícaro, intentando volar cada vez más alto. Su método: Una mirada exacta y estudiosa a lo que hizo tan especial a la moda del siglo pasado.
¿Qué presentó Schiaparelli para Primavera-Verano 2025 Alta Costura?
Después de una temporada dedicada a la creación sin referencia, solo bocetos, Roseberry pensó en el concepto de la modernidad. ‘Estoy cansado de que todos equiparen modernidad con simplicidad ¿Qué no lo nuevo puede ser trabajado, barroco, extravagante?’, escribió en las notas del show.
Esto lo llevó a una tienda de antigüedades donde encontró una caja llena de listones de alrededor de 1920 y 1930. A partir de estas es que Daniel encontró su camino para esta colección.
Él no es ningún desconocido a la referencia de otros grandes creadores, mucho menos el archivo de Elsa. Un vestido de cuello alto recrea el suéter trompe l’oeil con el que Schiaparelli comenzó su negocio. Uno de los vestidos de la colección estaba moldeado con godets, inspirado en una creación de Azzedine Alaïa, quien a su vez se inspiró en el trabajo de Madame Grés.
La modernidad de la colección se nota en el uso de técnicas antiguas con textiles contemporáneos para un efecto futurista. El vestido strapless con su péplum moldeado con neopreno se siente como lo que alguien en los años 50 imaginaría que sería la moda del futuro. La ironía es que Balenciaga ya estaba explorando esta idea en 1950, como lo demuestra @LaModeUknown en X.
Una infusión del pasado para mirar al futuro: Tendencia en Schiaparelli
El toque de opulencia de Roseberry aparece en forma de bordados suntuosos y una precisión absoluta en la corsetería. Las cinturas de avispa están comúnmente asociadas con el nuevo look pero en este contexto se sienten esculturales.
Plumas se remojaron en glicerina y luego cepilladas con queratina para dar una textura similar a la piel de mono de los vestuarios de Ginger Rogers. En algunos vestidos, listones de satín se ondulan de tal manera que crean una silueta que parece suspendida en pleno movimiento.
Motivos florales son tomados de diseños de chaquetas de Elsa Schiaparelli. Mona Tougaard lleva uno de los vestidos más elegantes, una referencia de 1947 de Schiaparelli.
Para Daniel Roseberry, la Alta Costura representa la promesa de un escape, ya sean los 15 minutos que dura el show o la noche en la que llevas uno de sus diseños. Por un instante, esta colección te eleva y te invita a imaginar lo desconocido. Promesa cumplida.