Una de las mujeres más poderosas en Silicon Valley tiene la misión de cambiar la realidad de muchos latinos en Estados Unidos y el mundo
Hace 32 años que llegó a California y hoy en día es la Global Head de Comunicaciones Multiculturales de una de las empresas más poderosas del mundo, Meta.
En ese tiempo le ha tocado sortear una pandemia mundial, los extremos políticos de Estados Unidos y muchas otras situaciones que la han retado a convertirse en el rostro hispano de Facebook, Instagram y WhatsApp. ¿Cómo llegó a una posición como esta? Con una determinación a prueba de todo.
Era 1990 y el día pasó de estar en clase a estar montada en un avión con sus hermanos en camino a Estados Unidos sin entender qué estaba pasando. Vivían la guerra civil en su país, El Salvador, y su madre buscaba proteger a sus hijos sacándolos de su vida normal para empezar como inmigrantes en un lugar del que no sabían ni su idioma.
Sonia, ¿cómo fue convertirte en inmigrante?
Crecí en la guerra del Salvador, antes de eso tenía una vida bella con mis padres, abuelos, primos, etc. Pasé de ser una niña privilegiada a ser discriminada hasta por no hablar el inglés bien. Llegamos aquí con nada más que una maleta y con el dolor en el alma de no ver más a mi padre quien murió poco antes. Vinimos como todos, a vivir con la familia todos en un cuarto, como vienen los inmigrantes y aunque fue muy duro, hoy en día vivimos ese sueño americano por las oportunidades que pudimos aprovechar de estudiar y crecer.
¿Cómo te cambia todo eso?
Me llenó de fuerza. Mi papá era un abogado que siempre estaba ayudando a otros, defendía a las personas humildes y el perderlo a él y la vida familiar que tenía fue mi combustible para lograr salir adelante. Lo que habíamos pasado no iba a ser en vano y me lo recordaba constantemente para seguir. Era como si internamente tuviera la fuerza para decir a mí no me van a callar, a mí no me van a detener. Es el legado de mi padre,
¿En qué momento te das cuenta cuál es tu propósito en la vida?
Al ver cómo funcionaba todo aquí pensé que mi sueño de estudiar comunicaciones se había ido, entonces me di cuenta que era la misma Sonia, que iba a aprender inglés e iba a lograr ir a la universidad. También me di cuenta que los inmigrantes eran discriminados por cómo lucimos o por no saber el idioma y por eso supe que uno de mis deberes en la vida era ayudar a las personas y ubicarlas. Sabía que no iba a ser la superestrella de la clase por mi inglés y todo lo demás que debía superar, pero iba a serlo al final. Que se dieran cuenta que no importa cuál sea la circunstancia en la vida, eso es temporal. Puedes cambiar eso porque tu esencia sigue viva y aunque lo pierdas todo por cosas de la vida. Cuando no creas ni en ti mismo, todo lo que no está lo puedes construir, eso fue lo que me ayudó a mí a salir adelante y me propuse compartirlo para que otros pudieran lograrlo también.
¿Cómo empezaste a lograr ese propósito?
Recuerdo que manejaba mi carro viejo que no tenía ni aire acondicionado por Sunset y veía esos edificios gigantes, me veía trabajando allí, sin saber cómo lo iba a lograr, pero eso era lo que quería ya que en ese tipo de trabajos iba a poder empezar a cambiar las cosas, a llevar un mensaje. Yo quería representar y desde mi primer trabajo he peleado por la diversidad, la inclusión, porque todos sean tratados por igual, que tengan los mismos derechos que los otros.
¿Esa actitud te metió en problemas?
Sí, y también esos problemas me enseñaron que estaba por el camino indicado. Tenía un jefe en Nueva York, en pleno corazón de Wall Street, con quien tuve un encuentro tipo David contra Goliat por defender lo que consideraba justo. Y aunque sabía que podía perder mi trabajo necesitaba expresarlo. Terminamos teniendo una gran relación laboral y aprendí que tenía lo necesario para enfrentarme a grandes titanes.
¿Qué herramientas te sirvieron en el camino?
Uno no debe sentir que tiene suerte de estar en una posición, como que te lo regalaron, No es suerte, tu hiciste el trabajo, tu hiciste que pasara. Mereces estar donde estás, es una mentalidad. Como madre no existe un balance cuando quieres ser exitosa en el área laboral. Debemos dejar de luchar por eso, Es mejor estar presente. Si un día tienes mucho trabajo concentrarte en eso, si al día siguiente estás con tu familia, estar en mente, cuerpo y alma allí. Vivir ese momento. Está bien no tener las dos cosas a la vez, la diferencia que haces en ambas áreas es importante y eso depende de ti, no de la compañía ni de otros, dirige tu tiempo. En la vida necesitas hacer equipos, no importa quién eres ni de dónde vienes, todos necesitamos equipos para llegar a ser poderosas. En la vida hay que tener sueños y tomar riesgos, Si nos va bien que bueno, si nos va mal por lo menos aprendemos. Nos enseñan a aprender cosas y después hacerlas. También se puede aprender mientras vas haciendo las cosas. La vida no siempre funciona de la misma forma.
¿Cómo llegas a Facebook?
Quería empezar en algo que tuviese que ver con tecnología ya que eso es el presente y el futuro. Sabía que la comunidad latina no tenía voz en esas áreas y necesitaban estar informados. Este junio son seis años y si hace siete me hubieses dicho que iba a trabajar con Mark no lo hubiese creído, pero en la vida hay que tener sueños.
¿Cómo estás usando Facebook para lograr tus objetivos de cambiar las cosas?
Todos tenemos el poder de cambiar al mundo paso por paso. Empecé aprendiendo y creando cosas como “She means business” hace seis años y por eso hablo sobre impulsar a la mujer, aquella que quiere salir adelante y en Meta tenemos las herramientas para que lo hagas. Cuando lo aprendes ya es más fácil todo. También informando sobre el voto y enseñando sobre cada cosa nueva que tenemos. Cada dia aprendo cosas nuevas y eso lo hago
¿Valió la pena?
Mi hijo Felipe acaba de hacer una exposición sobre alguien famoso a quien él admira, la hizo sobre mi como campeona de la diversidad y el bilingüismo. Me hace sentir feliz por todo este trabajo. Muchas mamás prefieren estar con sus hijos todo el tiempo y veo que mi hijo me toma como ejemplo de mujer y fortaleza.
¿El próximo reto?
Continuar aprendiendo, seguir vibrando. Continuar defendiendo los derechos de todas las mujeres emprendedoras, defendiendo los derechos de todas nosotras; las voces que no son oídas. Ayudando a esas personas a que hablen por sí mismas. También aceptar retos que sean incómodos, quiero tener el síndrome del impostor, me encantaría tener la responsabilidad de hacer algo tan grande que me tenga que preguntar si lo puedo lograr. Quiero tener que buscar dentro de mí misma si tengo lo necesario para tomar ese reto.