Primero fueron los mocasines chunky, después las Mary Janes, y ahora… los tenis bailarina. Sí, leíste bien. Este verano, el calzado que más miradas (y pasos) acapara es una mezcla inesperada entre zapatilla de ballet y sneaker urbano. Una silueta que no sabíamos que necesitábamos —hasta que la vimos en las Fashion Weeks, musas de TikTok y modelos off-duty— y ahora no podemos dejar de pensar en ella.
Porque, ¿quién dijo que había que elegir entre ir cómoda o verte impecable? Los tenis bailarina son esa respuesta estilística que nos permite estar en todos lados sin sacrificar nada: ni la gracia, ni la comodidad, ni el statement. Con cintas, en satén, con suela chunky o versión minimal, este zapato es tan versátil como camaleónico. Y lo mejor es que no entiende de reglas. Ni de dress codes. Ni de temporadas.

¿Qué hace a los tenis bailarina el zapato del verano?
Más allá del fenómeno viral, los tenis bailarina marcan un giro hacia una nueva narrativa en la moda: una estética suave, accesible y, sobre todo, funcional. Piensa en la suela de un sneaker clásico, fusionada con el diseño estilizado de una bailarina tradicional.
¿El resultado? Un zapato que te permite recorrer la ciudad sin perder el encanto de lo delicado. Las versiones para este verano llegan en colores nude, satén pastel, acabados metálicos, tiras elásticas, cintas que abrazan el tobillo o diseños minimalistas que apelan al understatement.
¿Cómo se llevan los tenis bailarina sin parecer una bailarina perdida fuera del escenario?
La clave está en el balance. Aquí, algunas fórmulas infalibles para incorporarlos a tu estilo diario:
¿Romántica sin caer en lo cursi?
Combínalos con vestidos vaporosos en lino o algodón. Uno blanco, corte imperio y tirantes finos, acompañado de unos tenis bailarina rosa empolvado con cintas cruzadas, es la definición perfecta de effortless femininity. Añade una mini bolsa de rafia y un sombrero tipo newsboy para redondear el look.
¿Casual pero con intención?
Los jeans rectos o wide leg ligeramente cortos, una camiseta blanca y tenis bailarina en negro o metálico gritan estilo sin esfuerzo. Si quieres subir el tono, añade un blazer oversize para ese toque je ne sais quoi parisino, o una chamarra de mezclilla si prefieres una vibra más relajada.
¿Oficina pero sin rigidez?
Sí, se puede. Elige un modelo en tonos sobrios —negro, moka, azul marino— y combínalo con pantalones de vestir rectos y una blusa estructurada. El truco está en que el resto del conjunto se mantenga impecable. Resultado: profesional pero con un twist inesperado.
¿Balletcore en versión 2025?
Explora la tendencia sin disfrazarte. Una falda midi plisada con un body ajustado y tenis bailarina con cintas largas puede ser tu uniforme de verano. Si buscas un look más atrevido: mini falda, medias de color y un modelo en negro. Sutil guiño punk, aprobado por las editoras más cool.
¿Es esto solo una moda o estamos ante una nueva era del calzado?
No es una tendencia pasajera —es un manifiesto silencioso de cómo la moda busca suavizarse sin perder estilo—. El auge de los tenis bailarina responde a una generación que exige comodidad, pero también belleza.
Desde las versiones tipo red de Alaïa, hasta los modelos peluche, satinados o de ante que llenan los feeds más curados de Instagram y TikTok, este calzado demuestra que la evolución también puede ser sutil y silenciosa.
¿Estamos listas para reconciliarnos con las bailarinas?
Quienes renegaron de ellas durante años —culpables: las modas de adolescencia, el miedo al cliché, la sobreexposición Y2K— están ahora volviendo a ellas con entusiasmo. Y no es nostalgia, es madurez estilística. Este nuevo capítulo de las bailarinas tiene estructura, carácter, intención. No se trata de volver al pasado, sino de reimaginarlo con perspectiva.
Los tenis bailarina son mucho más que una tendencia. Son una declaración de estilo. Una reconciliación con la delicadeza. Una alternativa cool al sneaker omnipresente. Y, sobre todo, el zapato que te hará sentir ligera —pero firme— este verano.