Hay una intención más profunda que llevó al director y científico a hacer una de las películas más taquilleras de todos los tiempos
Hace más de 100 años ocurrió la tragedia del Titanic. Hace 26, James Cameron trajo esta historia a la pantalla grande y dirigió una de las películas más taquilleras y galardonadas de todos los tiempos. La historia de amor entre Jack Dawson y Rose DeWitt cautivó a audiencias gracias a la química entre Leonardo DiCaprio y Kate Winslet.
La historia describe el romance entre dos personas de distinas clases sociales. Rose, hija de una acomodada familia y Jack, un trabajador apasionado por viajar por el mundo y dibujar retratos. Los dos se conocen de manera fortuita y en circunstancias tristes, Jack la convenció de no arrojarse al mar. Sin embargo, su profundo amor se vería interrumpido por el choque del barco contra un iceberg.
El descubrimiento del Titanic y la pasión de Cameron
Titanic llegó a la pantalla grande no simplemente por el interés de Cameron de contar una historia de amor en medio de un magno escenario. Realmente fue la curiosidad lo que lo empujó a realizar este proyecto. James se introdujo al mundo del cine por su interés en el futuro y los efectos visuales. Pero al descubrirse los restos del Titanic, volcó toda su atención a la embarcación.
“El Titanic era como el Monte Everest de los naufragios y como buzo, quería hacerlo bien. Cuando supe que otros chicos se habían sumergido al Titanic para hacer una película IMAX, yo dije “Haré una película de Hollywood para pagar la expedición y hacer lo mismo.” Amé esa primera probada, y quería más” comentó en 2009.
Desde entonces James ha bajado a los restos de esta nave en 33 ocasiones y en 2012 ayudó a construir el Deepsea Challenger, con el que logró bajar al fondo de la fosa de las Marianas.
Una monumental escena en México
Parte del amor por los efectos especiales influyó en la grabación de la película. Para recrear las escenas del barco Cameron adquirió, junto con Fox, 14 hectáreas de tierra en la playa de Rosarito, en Baja California. Se construyó un set con un tanque que albergaba 9 millones de litros de agua. En su momento fue una de las películas más costosas en la historia y la apuesta dio un buen resultado.
James ve un paralelo entre sus cintas y sus expediciones. A final de cuentas es labor de ambos llegar a los límites de la experiencia humana y contar las historias que emergen de esos lugares.
Con esta cinta Cameron creó un romance que sobrevive el paso del tiempo. Ha inspirado a diseñadores como Demna en Vetements que creó una sudadera inspirada en la película (y que después usó Céline Dion en Paris Fashion Week) y seguramente su impacto en la cultura pop continuará. Es como Rose diciendo My Heart Will Go On…
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