Por: Maca Carriedo.
Las marcas desempolvan su logotipo multicolor, figuras políticas descubren repentinamente amistades en la comunidad LGBTQI+ y las redes se saturan de mensajes sobre ‘el amor es amor’ (acompañados de hashtag cuidadosamente elaborados por equipos de marketing).
Sin embargo, el verdadero orgullo —aquel que se vive con el cuerpo, la voz, entre el miedo y la valentía— no se limita a un mes ni se extingue cuando se concluyen las stories.
¿Qué significa realmente el Pride?
El Pride no es un filtro, un desfile o una campaña de inclusión con condiciones en letra pequeña. Es levantarte cada día en un mundo que intenta invisibilizar, corregir o castigar la autenticidad.
Es resistir cuando te dicen que estás exagerando, cuando se declara que ya todo está resuelto, cuando se dice: ‘en esta empresa sí te aceptamos, pero sin hacer tanto alboroto’.
Es existir sin disculparse, sin humillarse, sin agachar la cabeza, sin esperar la aprobación de quienes solo apoyan cuando hay presupuesto para la ‘diversidad’.
El Pride no solamente es en junio
Ciertamente, es valioso que junio nos recuerde los logros alcanzados, las victorias obtenidas y las batallas que continúan. Pero es inaceptable que el 1.o de julio desaparezcan las banderas y regresen los armarios.
Los comentarios y las bromas homofóbicas en los entornos laborales y la negación del amor en nombre del ‘perfil institucional’.
Porque el Orgullo no solo representa fiesta, también simboliza duelo. Es alzar la voz por quienes ya no están, por quienes no pudieron atreverse, por quienes aún permanecen silenciados.
Más que celebración, el Pride es protesta
Es una celebración, sin duda, pero también protesta. Y no protestamos únicamente una vez al año, sino cada día en que se nos niegan espacio, voz y dignidad a las personas LGBTQI+.
¡Qué bien pintar sus logos!, pero ojalá también pinten sus políticas. ¡Qué hermoso subir la fotito multicolor!, pero mejor sería que incorporaran a personas trans en sus equipos.
¡Y qué maravilloso que brinden abrazos este mes!, pero sería fundamental que no olviden abrazarnos cuando nos corren, nos discriminan, nos insultan o cuando simplemente deseamos amar en paz.
El Orgullo se porta, no solo se publica. Y a quienes se suman a este movimiento en junio, se les invita a permanecer comprometidos el resto del año.
Las personas de la comunidad no nos despojamos de nuestra identidad cuando termina el mes, porque para muchas, muchos y muches ser visibles no representa una estrategia de marketing, sino una cuestión de supervivencia.
