Por: Mónica Mendoza.
Paul Feig llegó a Miami, con una sonrisa tan amplia como su inconfundible traje perfectamente entallado. El director de ‘A Simple Favor’ regresa a la ciudad para presentar la secuela de su estilizado y retorcido thriller protagonizado por Blake Lively y Anna Kendrick, y lo hace con la misma elegancia y pasión con la que ha defendido, durante años, la presencia de las mujeres en el cine.
‘Es mi primer secuela’, confiesa Feig al comenzar nuestra conversación. ‘Normalmente las evito, pero amo tanto a estas dos mujeres, a estos personajes, que sentí que todavía había espacio para contar más sobre ellas’. Y sí, esta segunda parte llega con nuevas sorpresas, giros inesperados y, por supuesto, más glamour.

¿Qué implicó hacer la secuenla de ‘A Simple Favor’?
Feig tiene claro que hacer una continuación de una película exitosa es más complicado que empezar desde cero. ‘Lo más difícil fue asegurarme de que quienes amaron la primera película se sintieran satisfechos con la segunda. Tiramos gran parte del primer guion y lo reescribimos con nuestros guionistas para poder ofrecer algo fresco, sin traicionar lo que hizo especial a la original’.
Y si algo tenía ‘A Simple Favor’, además de intriga y humor oscuro, era estilo. ‘Quería traer de vuelta el glamour. En un primer momento, los personajes estaban más ‘a la fuga’, con disfraces, y pensé: no, la gente quiere ver a Emily con los atuendos más escandalosos, y a Stephanie intentando alcanzarla. Esa dinámica del gato y el ratón es parte del alma de la película’.

‘A Simple Favor’ en el Festival de Cine de Miami
El estreno en el Festival de Cine de Miami tuvo una recepción entusiasta. ‘La audiencia latina es maravillosa. Las reacciones fueron grandes, con muchas risas y respuestas intensas’, nos cuenta con una sonrisa.
‘Y lo que me encanta de las mujeres latinas es su estilo. No hay timidez en su forma de vestir, y eso me fascina. Yo también soy un maximalista. La moda es nuestra carta de presentación al mundo’.
¿Quién es Paul Feig y cuál es su trayectoria?
Su pasión por el cine comenzó desde muy joven, viendo películas con su madre. ‘Mi papá no era muy cinéfilo, pero mi mamá y yo compartíamos ese amor. Recuerdo una vez que fuimos a ver una película de los Hermanos Marx reestrenada en un cine enorme lleno de universitarios. Fue increíble ver cómo una película tan antigua aún provocaba tanta risa’.

Pero el punto de quiebre en su carrera fue ‘Bridesmaids’, la comedia que no solo rompió récords de taquilla, sino también estereotipos. ‘Recibí muchas negativas antes de eso. Me decían que una película protagonizada por mujeres no funcionaba internacionalmente’.
‘Pero yo pensaba: ¿cómo no van a ir al cine, si las mujeres son más de la mitad de la población mundial?’. El éxito de esa película abrió una puerta. ‘Y desde entonces, hemos estado tratando de derribarla por completo’.
Cuando le pregunto por qué sigue contando historias de mujeres, su respuesta es tan honesta como reveladora: ‘Nunca he sido un ‘hombre de hombres’. Me interesan más las dinámicas femeninas, el humor entre mujeres, sus relaciones. Me resultan más interesantes. Es un acto un poco egoísta, porque yo también disfruto mucho contándolas’.
¿Y qué mujer latina admira? No duda: ‘Ana de Armas. La conocí hace más de diez años y me encanta lo que está haciendo. Estoy emocionado por su nueva película Ballerina’.
Bromeamos sobre quién lo interpretaría en una película biográfica. ‘Diría Brad Pitt, pero no hay que exagerar. Mejor Jeff Goldblum. Y claro, tendría que dirigirla una mujer. ¿El género? Una comedia con toques de terror, como mi vida’.

El consejo de Paul Feig para las mujeres
Al finalizar, le pido un consejo para las mujeres que quieren contar sus historias a través del cine:
‘No se rindan. Encuentren su voz única. ¿Qué has vivido que nadie más ha contado en la pantalla? Usa eso. Los personajes son más importantes que la historia. Si creas personajes fuertes, la historia llegará sola’.
Y así, con elegancia, humor y una defensa feroz por las historias femeninas, Paul Feig reafirma que no solo está detrás de la cámara: también está del lado correcto de la historia.