No fue porque su equipo tuviera COVID
Durante todo el fin de semana se ha compartido la información de que la cancelación de los conciertos que daría Adele en Las Vegas, no fue debido a COVID como ella lo reveló, sino por haber peleado con su pareja.
Según ha dicho el New York Daily News y algunos medios como El País, la artista habría estado llorando al grado de no poder dar un solo concierto.
Las entradas a los eventos llegaban a los 600 dólares, algo que lastimaba a las bolsas de sus fans, que además pagaron viajes a Nevada para verla, por lo que cuando, a unas horas del show, no pudo salir a cantar se pensó que debía culpar a la pandemia.
Esta noticia se respalda con unas imágenes en donde se puede ver a Adele llegando a Los Ángeles para reunirse con Paul, agente de LeBron James y con quien mantiene una relación desde el año pasado. Dejando una sospecha de por qué, si creía que había casos positivos en su equipo se negó a cantar, pero no a subirse a un avión.
Pero este no es el único rumor que ha enfrentado Adele, de hecho se dijo que la cantante tuvo un desacuerdo con la escenografía, en concreto, con la instalación de una piscina en mitad del escenario.
Fuentes cercanas a la artista aseguraron a The Sun que los conciertos programados estaban abocados “al desastre” por el desencuentro entre la británica y la diseñadora de la escenografía, Esmeralda Devlin.
“A pesar de que el conjunto costó millones, Adele no estaba contenta con el resultado y le dejó muy claros sus sentimientos”, indicaba uno de los testimonios.
Hasta el momento ni el equipo de Adele ni ella han hecho ningún comentario sobre estas noticias, y en su cuenta de Twitter sólo se puede leer un agradecimiento a sus verdaderos fans.
«¡Tengo los mejores fans del mundo! ¡Su amabilidad y amor esta noche es abrumadora! Gracias», escribió.
