En 1989, la escritora mexicana Laura Esquivel publicó ‘Como Agua Para Chocolate’ una de sus novelas más importantes y exitosas en su carrera, la cual además de contarnos una historia romántica entre realismo mágico y gastronomía mexicana, tiene un trasfondo que nos hace pensar en la vida y lucha de las mujeres a través del tiempo.
Después del éxito que significó la novela, llegó al cine con un filme que llevaba el mismo nombre en 1992, bajo la dirección de Alfonso Arau, esta vez visualizando a todo color y con sabor, las letras de Laura Esquivel con Lumi Cavazos como la protagonista, dando vida al personaje de Tita.
Luego de 32 años, ‘Como Agua Para Chocolate’ regresa al imaginario colectivo, esta vez con una serie de MAX, conectando a las generaciones del pasado con las del presente en una producción, cuyo formato nos hace indagar un poco más en el trasfondo de la historia, y principalmente, nos permite ver las batallas de las mujeres que la conforman.
La historia de Tita
En la serie de MAX, Azul Guaita es la responsable de dar vida a Tita, la protagonista de la historia, quien con 15 años su corazón se rompe al ver cómo el amor de su vida se casa con su hermana mayor. Un buen punto de partida para analizar la historia desde el punto de vista femenino.
Al ser la menor de tres hermanas, Tita es condenada a quedarse a cuidar a su mamá hasta el fallecimiento de ésta, por lo tanto, cuando Pedro la pide en matrimonio, la propuesta es declinada por parte de la matriarca de la familia Mamá Elena, interpretada por Irene Azuela.
En aquellos años (principios del siglo XX), se trataba una tradición que con el tiempo ha desaparecido, sin embargo, nos hace pensar en aquel machismo que incluso provenía de las propias mujeres, en este caso Mamá Elena, ¿por qué las mujeres no tenían el derecho de decidir sobre su propia vida?
En palabras de la propia Azul Guaita: ‘Lo que yo encontré en Tita con lo que me pude relacionar mucho es, el poder que tiene la mujer en esta historia, las tres hermanas y la mamá son caracteres muy fuertes, está muy adelantado a su época’.
La forma de actuar de Mamá Elena
¿Y si comprendemos que Mamá Elena también fue víctima de la época y de los prejuicios socio-culturales? Entonces, nuestra visión se abre para entender un poco su postura, y también su forma de actuar con sus hijas, en especial, con Tita, quien sin siquiera saberlo, fue el motivo por el que no pudo escapar con su verdadero amor.
En palabras de Irene Azuela: ‘Quisimos alejarnos de hacer un retrato de la madre mala, y más bien poner atención en cuáles son las razones que tiene mamá Elena para relacionarse así con sus hijas’.
‘Me parece que es una gran historia para poder regresar y decir, dónde estábamos las mujeres en ese momento, qué aspirábamos, ver lo que aspiramos hoy en día, lo que tenemos y lo que hemos logrado, en ese sentido creo que salimos ganando’, reflexiona.
El trasfondo de Rosaura
Ser la hija mayor tampoco es algo fácil y eso se retrata en el personaje de Rosaura, interpretada por Ana Valeria Becerril, quien se presenta como una mujer fría y sin el derecho a decidir, víctima también de su propio contexto. Y es que aunque nunca demostrara cariño a Tita, lo cierto es que eso también se desprende de una amargura inevitable.
‘Rosaura toca un montón de cosas que apretaban y apachurraban a un montón de mujeres. Si volteas atrás y empiezas a ver cómo lo vivió tu mamá, como lo vivió tu abuela, cómo lo vivió tu bisabuela, ahí empiezas a entender’, menciona Ana Valeria Becerril.
La rebeldía de Gertudris
De las tres hermanas, Gertudis sin lugar a dudas, parece ser la más adelantada a su tiempo, arriesgando y apostando por lo que la hacía feliz y libre, esa es otra perspectiva que se retrata en la serie. Más allá de las ataduras y prejuicios.
Como bien lo señala Andrea Chaparro: ‘La rebeldía que tiene Gertrudis nace de esta necesidad y ganas de correr por el prado, es libre, es la rebeldía más grande, es libre, no se cohibe, no está puesta en una sola casilla que sabe que existe, no tiene porqué seguirla porque la observa y ve desde afuera y dice ‘tal vez yo no quepo aquí».
Más allá del romance o del realismo mágico que podemos ver en ‘Como Agua Para Chocolate’, es importante analizar el papel de la mujer, desde diferentes perspectivas en cada uno de los personajes. Y es que, quizá somos de la manera que somos porque detrás tenemos un pasado que nos persigue.
El mensaje de empoderamiento en ‘Como Agua Para Chocolate’
Esto también es una invitación a no perderte ‘Como Agua Para Chocolate’ cada domingo en MAX, para entender cada historia de las mujeres que forman parte de la producción, ¿cuál es la tuya?
