La camisa blanca es una de esaas prendas infalibles se adapta a infinitas personalidades y posibilidades, es cuestión de encontrar la indicada
Algunas prendas se convierten en arquetipos de todo guardarropa, la clave está en su atemporalidad. Tendencias llegan y se van, pero hay piezas que se conservan como buen vino. Un par de jeans, una camiseta, un buen saco. Hoy nuestro foco de atención es la camisa blanca, aquella que se adapta a todos los ritmos de vida, todas las edades y contextos. Las colecciones más recientes le dan giro a esta pieza para darle nueva personalidad.
De la oficina a la calle
La camisa blanca más elemental es un buen punto de partida. Las propuestas más interesantes son recreaciones de la camisa que usarías a la oficina, pero con detalles especiales. Peter Do introduce proporciones exageradas con largos a la rodilla o puños extra anchos. COS en su colección Atelier lo reduce a líneas mínimas con un bajo recto. El cómo la combinas puede transformar su intención por completo.
Camisas blancas con sensibilidades severas
Toma nota de Rosalía en su look para el desfile de Prada. Un chaleco con camisa blanca y falda lápiz hasta el piso. Esta combinación da lugar a un toque oscuro como lo vimos en Ann Demeluemeester, pero también puede introducir sensualidad, con detalles de corsé.
El uniforme subvertido
Esta pieza naturalmente tiene asociaciones con el uniforme. Sin embargo, el uniforme se transforma en manos de Miuccia Prada y Sandy Liang, que aportan un toque personal. Se convierte en un vestido ajustado que recuerda a batas de laboratorio, o se decora con un cuello Peter pan, puños con encaje y botones de madreperla.
Una dulce interpretación
Simone Rocha convierte la camisa blanca en una explosión femenina. Inspirada en los marineros, su colección incorpora un cuello bufanda y sus clásicas mangas abullonadas y silueta suelta.
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