¿Alguna vez te robaron un beso? Existe un día para ‘rememorarlo’. Sin embargo, El Día del beso robado, de origen británico en el siglo XIX, ha evolucionado significativamente para reflejar la creciente conciencia sobre la importancia del consentimiento.
Lo que antes pudo considerarse romántico, hoy se analiza críticamente, reconociendo que cualquier acto físico sin consentimiento explícito es inaceptable. Esta fecha viene del origen de los hombres de robar besos a las mujeres que les atraían.
A pesar de que contenidos mediáticos aún romantizan este acto, es crucial entender que en la vida real puede constituir acoso o violencia.
Por ello, el debate actual busca resignificar esta fecha. Invita a la reflexión sobre la valentía de una declaración amorosa y la necesidad de comunicación clara y respetuosa para fomentar relaciones sanas y equitativas.

¿Qué significa el Día del Beso Robado?
El Día del beso robado, se celebra el 6 de julio y originado en el siglo XIX en Gran Bretaña, ha sido reevaluado críticamente en la actualidad por la ausencia de consentimiento que implica su nombre.
Aunque el cine y narrativas antiguas lo romantizaron, la sociedad moderna reconoce que cualquier acto físico sin voluntad mutua es problemático.
Por ello, la fecha ha evolucionado para fomentar un diálogo sobre la importancia de la autonomía personal y el respeto en las relaciones. Enfatiza que el afecto debe basarse siempre en el consentimiento explícito.
¿Por qué se celebra el Día del Beso Robado el 6 de julio?
El Día del beso robado, celebrado el 6 de julio desde el 2006 mundialmente, tiene un origen incierto británico del siglo XIX. Aunque existe otro dia internacional dedicado al beso, celebrado cada 13 de abril.
Sin embargo, su celebración ha impulsado un debate crucial sobre el consentimiento. Incluso la icónica foto del marinero besando a la enfermera en Times Square en 1945 ha sido resignificada. Se reveló que el acto no fue romántico ni consentido.
¿Por qué el día del beso robado genera debate?
El Día del beso robado genera un intenso debate porque el acto de ‘robar’ un beso implica una falta de consentimiento. Algo inaceptable en las relaciones sexo-afectivas.
Si bien fue romantizado en el pasado, hoy se reconoce que un beso sin consentimiento es una invasión del espacio personal.
Puede ser acoso o violencia, como evidencian estudios como la ENVIN 2021 en México, que destaca la importancia del consentimiento en la prevención de la violencia.
La discusión busca desmantelar la idea de que robar un beso es un acto romántico, promoviendo en su lugar que el afecto se base en el respeto mutuo y la comunicación abierta.
¿Qué significa el consentimiento de pareja?
El consentimiento de pareja es el acuerdo de voluntades libre, claro e informado para participar en cualquier acción sexo-afectiva. Según Amnistía Internacional es un límite explícito de lo que se acepta.
Un ‘sí’ para el consentimiento debe ser libre (sin presiones ni coacción), informado (con conocimiento total de la acción), concreto (específico para una situación, no generalizable), y reversible (puede retirarse en cualquier momento).
Además, debe ser entusiasta; la ausencia de un ‘no’ no es un ‘sí’.
¿Por qué es importante el consentimiento en una relación?
El consentimiento en una relación es de vital importancia porque establece la base del respeto, la confianza y la autonomía individual.
Su relevancia radica en que, en primer lugar, garantiza la autonomía y seguridad de cada persona al asegurar su derecho a tomar decisiones sobre su cuerpo y experiencias sin coerción, creando así un espacio seguro y valorado.
Además, el consentimiento es crucial para prevenir la violencia y el abuso, ya que su ausencia es un factor clave en formas de acoso y agresión, estableciendo límites claros que protegen a los individuos.
También fomenta la comunicación efectiva, pues requiere que las partes expresen sus deseos y límites abiertamente, lo que fortalece la comprensión mutua y la conexión emocional.
Finalmente, el consentimiento construye relaciones saludables y equitativas, al promover el equilibrio, la igualdad y el respeto por las necesidades de ambos, evitando dinámicas de poder perjudiciales.
Asimismo, refuerza la confianza al garantizar que los límites sean respetados. Es esencial para la intimidad y el bienestar emocional.
Es fundamental recordar que el consentimiento no es solo un mandato legal, sino también una obligación ética en toda interacción humana.

El Día del beso robado, celebrado el 6 de julio, ha trascendido su origen del siglo XIX para convertirse en un punto central de debate sobre la imperiosa necesidad del consentimiento.
Lo que antes pudo ser romanticismo, hoy se reconoce como una acción inaceptable y potencialmente violenta si carece de un acuerdo libre, informado, concreto, reversible y entusiasta.