La campaña de la colección que fue por y para México…
Una constelación de lugares que despiertan emociones, eso es México para Maria Grazia Chiuri, en el cual encontró la perfecta inspiración para la colección Crucero 2024, la cual fue presentada en mayo pasado en tierras aztecas como un homenaje a nuestra cultura e historia.
La diseñadora, al igual que artistas surrealistas como Leonora Carrington, Remedios Varios y Tina Modotti fue capturada por los paisajes y la gente de México. Tomando a Frida Kahlo como la figura principal que despliega la colección entera.
La inspiración de Dior Crucero 2024
Con un legado admirable que ha trascendido en el tiempo y espacio, el arte de Frida Kahlo fue plasmada en lienzos para después ser reflejado a través de su ropa, que se convirtió en representación, proclamación, protesta y afirmación.
Como un precioso joyero para un cuerpo roto, un capullo-estuche que oculta una mariposa se metamorfosea en un motivo que se despliega en múltiples matices y formas, a través de una serie de estampados.
En ésta las mariposas también cobran vida en las siluetas, a partir de un boceto de Andrée Brossin de Méré de los archivos Dior. Maria Grazia Chiuri se inspiró en las fotografías de Frida Kahlo, que rompían las reglas de género, lo cual se visualiza en la colección en sí pero también en las fotografías que conformar la campaña.
Retratos que quedan en el corazón
Habitadas por una maravillosa inventiva, las siluetas de Dior se revelan en tomas de momentos magnéticos concebidos y capturados por la fotógrafa Brigitte Niedermair. Las pinturas de Frida Kahlo se transforman en una narrativa fotográfica llena de vida.
Desde los diecinueve años, la pintora mexicana vestía un traje masculino de tres piezas, transgrediendo su feminidad para reivindicar una independencia por encima de todo intelectual.
Los trajes rinden así homenaje a su estilo mientras que, en contrapunto, haciéndose eco de la costumbre tehuana, las faldas con vuelo se llevan con una túnica tradicional: el huipil.
Para esta nueva línea que fue presentada en Ciudad de México en mayo pasado, Maria Grazia Chiuri ha vuelto a estrechar lazos con los artesanos locales, que han destacado. Su maestría brilla con bordados originales, creaciones realizadas en colaboración con sus talleres, que adornan vestidos y camisas.
Destaca un vestido rosa que recuerda al que lució Frida Kahlo en uno de sus autorretratos. La cautivadora belleza de la fragilidad se ve realzada por la variedad de encajes de algodón, cáñamo y seda seleccionados, por los meticulosos diseños de los cuellos que subliman el jersey y el terciopelo negro, y por los jacquards en forma de mariposa.
Un amor que se plasma en cada prenda
El terciopelo se revisita en una hipnotizante paleta de colores en faldas que, gracias a sus pliegues, realzan las caderas antes de abrirse en corolas. Las mariposas también pueblan los toile de Jouy, ilustrando la flora y la fauna mexicanas junto a loros, monos y strelitzias que también iluminan los cuadros de Frida Kahlo.
La dimensión personal que guió a Maria Grazia Chiuri se refleja en la elección del lugar de la muestra: el Antiguo Colegio de San Ildefonso, donde estudió el icónico pintor mexicano.
Un lugar simbólico, donde conoció a Diego Rivera, el mentor, el amor de su vida. En este lugar privilegiado tendrá lugar una performance de la artista feminista mexicana Elina Chauvet.
México, país del corazón, expresa -a través de las modulaciones emocionales y la vivacidad cromática de este crucero- una feminidad que se construye en la relación con el entorno natural, en un equilibrio de compromiso y desenfado, que también fue plasmado en nuestra edición de septiembre.
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