Fernanda Martín nos visita en este episodio, que sin duda fue el cierre perfecto de nuestra segunda temporada de ‘Un elefante en la habitación’. Fernanda Martín ha logrado que su voz sea el instrumento para ayudar a muchas mujeres a sanar, incluida yo. Esta plática fue una curita al corazón, y es parte de la magia del acompañamiento que nos ayuda a sentir que no estamos solos luchando nuestras batallas, y que sí se puede salir del otro lado.
Lección 1: No podemos juzgar al pasado con el conocimiento del presente
En la mayoría de las ocasiones, nuestras heridas emocionales comienzan en casa con las personas que más amamos, y no porque ellos quieran hacernos daño, sino porque los aprendizajes que obtuvieron de otras generaciones son dañinos. Fernanda nos comparte cómo vivió esto con su madre y abuela, quienes crecieron en una sociedad mucho más dura y cruel hacia la mujer, en la que encajar en el estereotipo de belleza era casi obligatorio para tener y merecer una vida de éxito y felicidad.
Por ello, Fernanda creció con mensajes que le decían que tenía que encajar en ese estándar de belleza, o de lo contrario ‘se quedaría sola’, poniendo su valor casi intrínsecamente en su cuerpo. Aunque su familia lo hacía para protegerla, terminó siendo una herida. Reflexionando sobre esto, nos compartió cómo es tan importante darnos cuenta de que los padres también se equivocan, y que no podemos juzgar el pasado con el conocimiento del presente: ‘Con eso creció mi abuela, y con eso educó a mi mamá, y mi mamá me educó con eso. Yo no puedo juzgar las decisiones que ella tomó porque no sabía lo que yo sé ni entendía lo que yo entiendo ahora’.
Lección 2: La relación que tenemos con nuestro cuerpo empieza en casa
‘Cuando restringes la comida a un niño, no le enseñas a comer bien, le enseñas a odiar su cuerpo’.
—Fernanda Martín
Fernanda recuerda que, cuando era niña, una enfermera le hizo un comentario negativo sobre la comida, lo qu sería la primera vez que se sembró en su mente el mensaje de que había algo malo con su relación entre la alimentación y su cuerpo. Tiempo después, estos mensajes se reforzaron en casa con ciertas reglas sobre la comida y mensajes sobre su cuerpo, que la limitaban y hacían sentir que no tenía autocontrol, lo que causaba ansiedad y afectaba su autoestima. En la adolescencia, la imagen corporal que Fernanda tenia sobre si misma ya estaba afectada.
Nos comparte cómo sentía que dejó de verse, comparando su dismorfia corporal con entrar a un cuarto de los espejos en el cual siempre se veía diferente. Distorsionada. En sus propias palabras, ‘No entendía quién estaba ahí’. En esa búsqueda, pasó por una etapa en la que adoptaba cualquier tendencia del exterior para encajar: ‘Veía a todos, menos a mí’.
Es muy importante que, como padres, se cuide el ambiente del hogar y los mensajes que se envían a los hijos. Un gran factor de protección sería que el hogar sea un lugar seguro y donde se fomente una relación sana con la comida, no se hable del cuerpo de manera negativa, y se fortalezca la autoestima en todo momento con mensajes positivos de cuidado.
Lección 3: Tu físico no dicta el amor que mereces
‘Como mujer gorda, puedes pedir que tu pareja te parezca atractiva’.
—Fernanda Martín
Una de las lecciones más hermosas que nos deja Fer es la del merecimiento en el amor de pareja. Seamos honestos, uno de los grandes elefantes en la habitación para las personas gordas es el amor romántico, esto al no sentirnos merecedores de que alguien nos quiera por no encajar en los estereotipos de belleza, lo que se refuerza constantemente por la sociedad en la manera en que nos representan en el amor: mujeres acomplejadas que tienen que cambiar su físico para que alguien las ame. Nos han hecho pensar que si alguien se fija en nosotros es casi un favor, haciéndonos sentir que tenemos que compensar ‘nuestro defecto’. En muchas ocasiones, esto causa que tengamos relaciones en las que no estamos felices, y hacemos de todo para evitar que nos abandonen por miedo a que nadie más nos quiera. Prácticamente, el amor va ligado a la resignación cuando habitas un cuerpo no normativo.
‘Yo encontré el amor antes de encontrarme con mi pareja’.
—Fernanda Martín
Pero Fernanda rompió con esta creencia al cambiar cómo se trataba a ella misma. Se permitió creer que había otra historia en la que podía tener estándares, y en la que también existía ese final feliz que nunca vimos en las películas. Fernanda nos resume esto con las siguientes frases: ‘Yo encontré el amor antes de encontrarme con mi pareja’ y ‘Yo ya me amaba, ya era feliz con todas las altas y bajas’.
Aprendió a no conformarse con una pareja, y esto fue lo que la llevó a encontrarse con su esposo. En esta relación, Fer ejemplifica cómo las heridas en nuestra autoestima nos pueden hacer sentir que una persona ‘es demasiado buena para ser verdad’, pero recuerda que eso es una mentira que le hicieron creer.
Mereces tener un amor sano, mereces tener estándares, mereces tener una pareja que te sea atractiva. Tu cuerpo no dicta el amor que mereces recibir, es tu autoestima. Hay una frase que amo y resume esto a la perfección: ‘Recibimos el amor que creemos merecer’ y es totalmente cierto. Por lo tanto, nuestro amor propio se refleja en nuestro amor de pareja.
Lección 4: El estigma detrás de los cuerpos gordos roba vidas
Pareciera que al entrar a un consultorio médico, primero entra nuestro peso y luego seguimos nosotros. Es en la medicina donde la gordofobia ha robado muchas vidas, al brindar diagnósticos erróneos, discriminación y procedimientos poco éticos. Fernanda fue víctima de este sistema, ya que un doctor la hizo tomar durante muchos años un medicamento que ahora está prohibido, y que le causó resistencia a la insulina e hipotiroidismo.
La situación más grave que vivió fue cuando le recetaron un medicamento anorexígeno que sirve para suprimir el apetito, esto le causó una crisis de salud mental que tuvo miedo de no poder superar. Fue un psiquiatra quien le hizo ver que ese medicamento la estaba llevando a un lugar muy peligroso.
Sabemos que el peso sí es un factor en la definición de salud, pero existen muchos otros involucrados, tanto personales, económicos, ambientales y sociales. Existen personas gordas sanas y personas delgadas enfermas. La medicina tradicional le da prioridad al peso sobre la salud mental y física, aunque parezca contradictorio, esto existe y es mucho más común de lo que pensamos.
Muchas personas no reciben un trato digno ni un diagnóstico correcto porque se culpa al peso de todos los síntomas, y en ocasiones también se les niegan estudios que podrían salvar su vida. Afortunadamente, esto está cambiando; si has vivido algo similar, no te rindas y busca siempre una segunda opinión.
Lección 5: La vida no se resuelve con ser delgada
‘Tu vida no va a ser más feliz cuando bajes de peso, tu vida va a ser más feliz cuando deje de tratarse del peso’.
—Fernanda Martín
Esta es una creencia que muchos hemos tenido: soñar con gozar de los privilegios de tener un cuerpo delgado. Y Fernanda nos cuenta que ella misma ha gozado de ellos al bajar de peso, y ha sido más feliz no por los kilos que bajó, sino por cómo la trataba la sociedad: ‘Era más feliz porque tú me tratabas mejor. La diferencia no fue ni el cuerpo ni los kilos que gané o perdí, la diferencia fue la sociedad’.
Yo misma pensaba que si un día me despertaba delgada, seguramente todo en mi vida se solucionaría. Pero si esto fuera verdad, no habría personas delgadas tristes, solas, o inseguras. Sí existe un privilegio hacia cuerpos delgados, pero puedes empezar tú misma a tratarte con ese privilegio, y así cambiamos a la sociedad poco a poco. Permítete sacar el peso de la ecuación del amor y la felicidad. Y a empezar a vivir tu vida sin que el peso sea tu ‘imperio romano’.
Como mensaje final, Fernanda nos dice: ‘Observa con mucha paciencia tu proceso y con compasión. No es un proceso que necesariamente se sentirá bien, ni será lineal. Lo mejor es que lo que hoy te duele no dejará de doler mañana, pero tendrás más herramientas para lidiar con ese dolor’. Nos recuerda la importancia de buscar ayuda, aunque a veces parezca que no hay opciones. Recuerda que existen instituciones que también pueden ayudarte, como Brave Together de Maybelline, que tienen líneas de ayuda gratuitas, 24/7 y anónimas. Solo envía ‘TOGETHER’ en un mensaje de texto al 55 7885 3422 o llama al 800 520 0102.
Y con estos mensajes tan poderosos cerramos este capítulo. Gracias por acompañarnos en este viaje. Nos vemos el próximo miércoles con un nuevo episodio y con historias que merecen ser contadas.
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