Seguramente, en el poco tiempo ‘libre’ que tenga, deba elegir entre escribir un párrafo, ir al baño, ducharme o cubrir cualquier necesidad básica que antes no valoraba lo suficiente. Y es que así es la maternidad, una dicotomía entre extremos, entre el más hermoso de los sentimientos y más desolador de los cansancios.
Esto no es una nota para reclamar nada, ni para deconstruir lo bello que, se supone siempre, significa ser mamá. Esto es una columna para hablar de lo poco que se habla sobre las dificultades de la maternidad.
Si hay algo que he entendido en mi corta vida, más en este rol de la maternidad, es la importancia de charlar con otras madres y normalizar todo lo que nos pasa. Y es que al fin y al cabo, seamos de donde seamos, tengamos la edad que tengamos, casi siempre nos unen las mismas situaciones. Las mismas quejas. Las mismas luchas.
¿Qué significa ser mamá?
Ser madre de mi hija India es lo más puro, auténtico y maravilloso que me ha pasado, pero también es lo más intenso, desgarrador y agotador que haya vivido. Y sí, poco se habla del duelo que transitamos en el puerperio, cuando ya no nos reconocemos como la mujer que fuimos ni como la que vamos a ser.
Poco se habla de la trampa que nos juegan las hormonas durante esa etapa, y lo inestables que estamos emocionalmente mientras debemos entregar el 1000% de nuestro ser, todo para que nuestras crías sobrevivan.
Y sí, poco se habla también de la lucha constante que vivimos con nuestro instinto, que nos dice que debemos estar presentes para sostener y proteger a nuestros bebés, mientras que la sociedad nos exige volver a ser madres productivas. Y eso, señores (en masculino), no es posible.
Los cambios después del embarazo
Nuestro cuerpo y mente están codificados para que esos primeros meses (si no es que años) después del embarazo estemos presentes en cuerpo-mente-alma. Así podremos ofrecerles un desarrollo donde el amor, la seguridad y la confianza sean pilares fundamentales.
Necesitamos una sociedad que cuide y sostenga a las madres mientras estas sostienen a sus hijos, una sociedad que nos mire y nos valore. ¿Cuántas tenemos miedo a ser madres pensando que eso nos va a penalizar en nuestra carrera profesional? Yo lo tuve.
Pero ahí estamos nosotras, resignando muchas veces nuestros sueños o encogiendo el corazón cuando a los cuatro meses dejamos a nuestros bebés bajo el cuidado de otros. Poco se habla, señores.
Quiero cerrar esta columna diciéndoles a todas las mamás que las veo, las veo de verdad y las admiro, respeto y abrazo por el inmenso trabajo que hacen. Son increíbles, invencibles y únicas. Merecemos ser vistas para dejar de sentimos solas y poder maternar libremente y con la contención que necesitamos.
Deseo acompañar mi voz con la de otras mujeres que están transitando o han transitado esta etapa de puerperio. Aquí un pedacito de ellas para darles lugar y espacio.
Ser mamá es…
‘una revolución de emociones’,
– Steph, mamá de Isabella, Uruguay.
‘brutal, mágico, metamorfosis, amor, resiliencia, aprendizaje’,
– Marta I., mamá de Chloé y Telma, España.
‘intensidad 24 h, verdadero significado de amar’,
– Marta F. mamá de Marc, España.
‘renacer, lucha, instinto, supervivencia, amor, soledad, descubrimiento, fragilidad, mágico, increíble’,
– María, mamá de Joaquín, México.
‘paciencia y amor incondicional’,
– Agus, mamá de Oli, Argentina.