Kylie Jenner lo hizo otra vez. Con el relanzamiento de King Kylie, la empresaria y musa del exceso noventero-dosmilero ha traído de vuelta algo más que una colección de maquillaje: ha revivido toda la estética del grunge chic.
Después de años dominados por la era clean girl —piel de porcelana, moños tirantes y obsesión por la pulcritud estética—, llega el renacimiento del grunge chic. Una oda al desorden intencional, a las ojeras sin disimulo y a la actitud desenfadada de quien no busca gustar, sino ser.
¿Por qué decimos adiós a la era de la clean girl?
Del minimalismo al desorden estilizado. Este otoño 2025, la estética impoluta de moños tirantes, piel jugosa y looks minimalistas al estilo Hailey Bieber pierde fuerza frente al resurgimiento del grunge chic. Tras años de obsesión por la pulcritud estética, damos la bienvenida a la imperfección estilizada, a la autenticidad y al caos fashionista.
El relanzamiento de King Kylie ha sido un guiño perfecto a esta nueva era: labios atrevidos, colores oscuros y actitud sin filtros. La beauty world lo celebra y nos recuerda que lo cool ahora se mide por cuán real eres, no por cuán inmaculada luces.
¿Qué es el grunge chic y de dónde viene?
Inspirado en el indie sleazecore de los años 2010, el grunge chic revive la esencia de festivales, after-parties y playlists infinitas de Arctic Monkeys o The Strokes. El look combina prendas oversize con piezas ajustadas, como leggings con camisetas largas, mini vestidos con bombers o Dr. Martens con chaquetas vintage.
Este estilo busca transmitir rebeldía y espontaneidad: no más rigidez ni estilismos coreografiados. La energía es party girl, pero con un toque fashionista que nos permite lucir editorial sin perder el aire despreocupado.
Clean girl vs. grunge chic: ¿quién manda ahora?
Hailey Bieber, Gigi Hadid y Kendall Jenner fueron las musas de la estética limpia y controlada. Hoy, el protagonismo se lo llevan Charli XCX, Kylie Jenner, Jenna Ortega, Sky Ferreira, Lily-Rose Depp y Kristen Stewart. Las ojeras, el smokey eye y los looks messy con prendas vintage se convierten en símbolo de autenticidad y personalidad.
Se trata de prendas con historia: camisetas de bandas, chaquetas desgastadas, layering de capas imposibles y un maquillaje que cuenta más que oculta. Es un movimiento que celebra el caos estético y nos recuerda que en casa, sin nadie mirando, todos somos más Adam Sandler que Kendall Jenner, y eso está bien.
¿Cómo se refleja en pasarelas y street style?
Firmas como Isabel Marant y Yves Saint Laurent han apostado por cortes boho con un aire más subversivo y relajado. El street style sigue la misma línea: biker boots, chaquetas moteras, tops y vestidos en clave clubwear y superposiciones que mezclan capas y texturas inesperadas.
El negro y el animal print reemplazan los pasteles, el layering se impone y las camisetas gráficas, gafas futuristas, cuero y encaje se convierten en básicos de esta temporada. En definitiva, la perfección pulida no emociona: lo que triunfa es abrazar el caos y estilizarlo.
¿Qué nos enseña esta transición estética?
La moda es cíclica: cada exceso de control genera su respuesta natural. Tras la era clean girl, el grunge chic nos invita a vivir sin restricciones, a desmelenarnos literalmente y a celebrar la imperfección. Se trata de autenticidad, personalidad y actitud.
Esta temporada, más que seguir reglas, la moda nos reta a contar nuestra propia historia a través de lo que vestimos: un look que parece desordenado, pero que en realidad es pura intención.