El álbum ‘Quimera‘ de María Becerra no es solo su tercer trabajo de estudio; es un testimonio sonoro que detalla su duelo tras atravesar un momento de salud extremadamente delicado, una cirugía de emergencia por un segundo embarazo ectópico y la gran pérdida emocional que conllevó. La artista argentina transformó su dolor en arte.
Este proceso se refleja en las 17 canciones del disco, las cuales, según ella misma confirmó, encarnan una auténtica ‘montaña rusa’ emocional. El viaje de María Becerra a través de ‘Quimera‘ puede entenderse a la perfección a través del modelo de las cinco etapas del duelo de Kübler-Ross.
El álbum funciona como un mapa emocional que va desde el impacto inicial hasta la reconstrucción personal, canalizando cada fase en sus diferentes alter egos: Shanina, Gladys, Jojo y Maite.
María Becerra y las 5 etapas del duelo en su nuevo disco
Las canciones de ‘Quimera‘ que se alinean con cada una de las 5 etapas del duelo en su nuevo disco:
Negación
La negación es la primera fase del duelo, donde la persona se resiste a aceptar la realidad del dolor o la pérdida, recurriendo a mecanismos de defensa como el cinismo, la toxicidad o el aislamiento para evitar sentir.
En ‘Quimera‘, esta etapa se asocia principalmente al alter ego Shanina, el dragón, que representa el costado más oscuro y tóxico de María Becerra en un intento por ‘canalizar el dolor con locura y cinismo’.
Las canciones con esta temática que lo refleja es ‘Corazón Vacío’: Aunque es uno de los singles más conocidos y habla de la sensación de vacío tras una pérdida, su tono de empowerment herido y la necesidad de seguir adelante sin la persona amada, sin reconocer completamente la tristeza, encaja en esta primera barrera.
Ira
La ira surge cuando la negación ya no es sostenible, y la rabia, la frustración y el resentimiento se dirigen hacia el exterior.
En el álbum, esta fase se identifica con el alter ego Jojo, el león, que representa el ‘fuego’ y la personalidad despegada y explosiva que María Becerra experimentó en su peak de recuperación física, cuando se sintió ‘empoderada’ y comenzó a liberarse de la tristeza.
Las canciones con esta temática como ‘JOJO’ es la canción que nombra a este alter ego y encapsula su energía de ‘fuego’. Es un tema de fiesta y desenfreno que actúa como una catarsis ruidosa. Representa ese momento de ‘exceso de fiestas, de ser despegada del amor, de ser antisocial’ y usar la adrenalina como respuesta al sufrimiento.
Negociación
La negociación es un intento de recuperar el control, a menudo a través de ‘qué pasaría si…’ o buscando una forma de revertir la pérdida. Esta etapa puede manifestarse como un anhelo de volver al estado anterior o hacer promesas internas para mejorar la situación.
No está representada por un alter ego específico, sino por temas que buscan un break o un alivio de la tensión emocional. Como la canción ‘Ramen para Dos’ (con Paulo Londra).
El tono de esa canción, aunque melancólico, puede verse como una ‘negociación’ por la calma y la intimidad. Es una búsqueda de consuelo en una conexión simple, un intento de pactar con la realidad a través de la calidez de otra persona.
Por su parte, ‘Slow It Down’ que la cantante guardaba desde hace seis años, se convierte en un intento de negociación temporal. El título mismo sugiere un deseo de ‘ir más despacio’ o alargar un momento placentero y pasional para evitar el dolor inminente o la realidad de la pérdida.
Depresión
La depresión en el duelo no es un trastorno clínico, sino la fase de tristeza profunda, vacío y desesperanza que se experimenta cuando la persona comienza a aceptar la magnitud de la pérdida.
En ‘Quimera‘, este estado está fuertemente asociado al inicio del proceso y a los meses de hospitalización y recuperación. Se relaciona con el alter ego Maite, descrito como ‘la más emocional’ y la que más estuvo presente en la vida de María Becerra.
La canción ‘Qué tu me quieras’ expresa la frustración y la angustia derivadas del esfuerzo por conseguir el afecto de una persona que se percibe como inalcanzable.
La reiteración del verso que le da el título subraya la desesperación y el profundo anhelo de la protagonista, quien se siente aprisionada en una secuencia interminable de intentos fallidos y de interrogantes sin solución.
Aceptación
La aceptación no significa estar feliz por la pérdida, sino aceptar la realidad de lo que sucedió y encontrar una forma de seguir adelante.
En ‘Quimera‘, esta fase está dedicada a las canciones que marcan la reconstrucción personal y el florecimiento de una nueva historia de amor y compromiso con su pareja, J Rei. En esta etapa, el duelo ya ha fluido y la tristeza ha dado paso a un amor más sólido y maduro.
Las canciones ‘Tatú’ y ‘Romántica’ que reflejan el momento en que María Becerra ya está ‘completamente enamorada’ y en una ‘relación desarrollada con mucho amor,’ indicando que la vida ha continuado y el dolor se ha integrado.
Por su parte, ‘Mi Amor’ (con J Rei) es el tema de cierre y la máxima representación de la aceptación. Es una canción dedicada a su pareja, J Rei, donde se habla de un vínculo sólido y del ‘intentar de formar una familia’ y el ‘compromiso’.
Cierra el ciclo de duelo con una nota de esperanza, mostrando que la vida, el amor y la carrera profesional siguen valiendo la pena, una señal de haber superado la crisis.
El álbum ‘Quimera‘ de María Becerra es un poderoso testimonio sonoro donde la artista procesa su duelo a través del modelo de las cinco etapas de Kübler-Ross, canalizando cada emoción en sus alter egos (Shanina, Jojo, Maite).
