«No me importa vivir en un mundo de hombres, siempre que pueda ser una mujer en él» Marilyn Monroe
Fotografías exclusivas de Getty Images
«Decenas de cajas por revisar en una tarde que me llamaba a hacer casi cualquier otra actividad, pero decidí hacer mi trabajo y sumergirme entre muchas imágenes tratando de encontrar la mejor fotografía, esa que representara a una Marilyn poco conocida…no lo logré, no encontré solamente una, encontré muchas muy diferentes entre ellas, pero cada una con esencia; tal cual era Marilyn Monroe.” Comparte Julian Ridgway, Managing Editor en Getty Images, quien en exclusiva para Marie Claire, nos lleva a conocer un lado de la vida de Marilyn Monroe nunca antes visto.

Julian Ridgway desempolva entre muchas cajas una que llama su atención… Nunca hubiera imaginado lo que encontraría dentro: fotografías nunca antes vistas por el público de una Marilyn Monroe poco conocida.
Cuando hablamos de Marilyn, nos vienen momentos emblemáticos, como el papel que realizó dentro de la película “Los Caballeros Las Prefieren Rubias”, inmortalizando la canción “Diamonds Are A Girl ́s Best Friend”, luciendo un precioso vestido rosa con joyería de 500 años; o cuando le cantó al presidente John F. Kennnedy por el cumpleaños de este. Pero uno que no podemos olvidar es el momento en que pasa por una rejilla que conduce al metro de Nueva York, cuando una ráfaga de aire levanta su vestido accidentalmente durante el rodaje de la película “La Tentación Vive Arriba”, logrando obtener el momento más memorable de la actriz.

Norma Jeane Mortenson, quién se convirtió en Marilyn Monroe años después, era una persona que disfrutaba de las fotografías, desde las más sensuales hasta las más íntimas, teniendo un encanto natural ante la lente, cautivando a los mejores fotógrafos de su época.
El editor, comienza a separar estos tesoros, los que proyectan más sobre su trabajo y preparación para el mismo, pero explorando más a detalle aquellas que presentan siluetas, ambientes relajados, en las que se ve a Marilyn haciendo actividades normales como jugar con una pelota de tenis en un jardín o verla paseando en su bicicleta, con un look clásico de playera de rayas, lentes oscuros y abrigo, para disfrutar de la naturaleza que ofrece UK, logrando que Julian quiera remontarse a esos tiempos, donde tomar paseos relajaba su alma.
Julian opta por tomarse un descanso y preparar una bebida refrescante para regresar a su trabajo. Mientras tanto, nos comenta que en su escritorio se encuentra una fotografía de Marilyn Monroe arreglando su pelo frente al espejo, la cual le causa curiosidad, porque parece retratar un momento natural de la actriz. “¿Quién no ha volteado al reflejo para arreglar un poco su aspecto?”, se pregunta, al tiempo que nos confiesa que lleva tiempo sin hacer dicho movimiento. “Quizá no es tan común”, reflexiona…o quizá es que lo hace y no lo nota.

Surge la idea de comparar un poco las fotografías que siempre se presentan de la actriz al público, con su rubio platinado y sex appeal característicos, con las que tiene ante sus ojos, porque puede ver la misma sensualidad proyectada en la imagen de una Marilyn triplicada. “En 1954 se muestran tres fotografías de la actriz posando con un vestido de gala blanco, en el estacionamiento de los estudios 20th Century Fox, en el set del director Walter Lang durante la película “There ́s No Business Like Show Business”, capturando su mirada mientras fuma un cigarrillo, transmitiendo un porte y elegancia sin igual. Me imagino qué habrá sentido el fotógrafo que capturó ese momento.

De vuelta a sus memorias dentro de la Gran Manzana, el editor imagina una historia, en la cual observa a la actriz, medianamente escondida “mientras toma el metro en la Estación Central de Nueva York”, al tiempo que analiza la expresión del hombre detrás de ella, el cual probablemente la identificaría o le parecería familiar, sin embargo Marilyn se las arreglaría para pasar desapercibida, a pesar de su siempre reconocible y mítico lunar en la mejilla.

En el lado opuesto de la moneda, encuentra otra expresión de la actriz: el shock, “Espectadores que miran con alegría a Marilyn Monroe quién se sorprende al encender un petardo gigante para inaugurar la ceremonia de reactivación del Club de Superintendentes dentro del Centro Rockefeller el 2 de Julio. La actriz llegó dos horas tarde a la ceremonia, y por lógica no tuvo la oportunidad de ver a Laurence S. Rockefeller, miembro de la junta de directores del Centro Rockefeller, quién tenía la esperanza de reunirse con ella”. En un ejercicio de imaginación, ¿qué habría pasado en el encuentro de ambas celebridades?
¿De qué temas hablarían? ¿Se hubiera capturado la misma imagen?.

La última fotografía que se quedó en la caja hizo que Julian se sentará en el piso, la recogiera y pudiera ver la cara de la actriz algo distinta. Julian cuenta que, al hacer una última investigación del contexto de esta imagen, “la actriz sale del Hospital Poluclinic, después de una operación de vesícula biliar; escenas de multitudes, policías y asistentes que ayudan a Monroe el 11 de julio de 1961”. Ridgway se queda sorprendido porque ella seguía con su bella sonrisa, hablando a los medios, con un impecable maquillaje y su pelo intacto, deslumbrando como siempre, a pesar de estar saliendo de una intervención médica. Pero al hacer las cuentas, el editor observa que fue casi un año antes de su muerte, preguntándose si quizá estaría viendo la última fotografía natural de la actriz, misterio que quizás nunca resolverá.

No cabe la menor duda que vivir este momento, dedicados a apreciar las fotografías de Marilyn, nos ha transportado en el tiempo, imaginando los escenarios que Monroe vivió, así como la fascinación que entonces (y ahora) despertaba. Mientras tanto nos quedamos con los momentos icónicos de la actriz, que son deleite y misterio para sus fanáticos. Marilyn: el último gran enigma de la época dorada de Hollywood.