Los roles tradicionales han cambiado; cada vez más mujeres rompen con los estereotipos de género y se animan a dar el primer paso. En el amor, han demostrado que también pueden pedir matrimonio a sus parejas, arrodillándose y comprando sortijas sin perder el toque mágico. Te contamos más sobre este fenómeno que se ha viralizado en redes.
Mujeres famosas que han pedido matrimonio a sus parejas
Uno de los ejemplos más recientes de esta nueva normalidad es el de la creadora de contenido Priscila Arias, conocida como La Fatshionista, quien compartió en redes la pedida de mano que organizó para su novio de dos años, recalcando que ellos ‘no son una pareja tradicional‘ y que este es el camino hacia su cuento de hadas.
No solo La Fatshionista ha dado este paso; lo hemos visto en la película La Propuesta, con un tono humorístico, o en un episodio de Friends, cuando Mónica le propone a Chandler. Britney Spears también lo hizo con Kevin Federline, y Elizabeth Taylor se lo propuso a su segundo esposo, Michael Howard Wilding. Esto no es nuevo, pero sí revolucionario.
¿Por qué el hombre es el que pide matrimonio a la mujer?
Tradicionalmente, el hombre pedía la mano de la mujer siguiendo normas culturales y sociales. En el pasado, las familias solían acordar los matrimonios, y los novios se conocían hasta el altar.
Con el tiempo, la propuesta se convirtió en una tradición masculina, donde el hombre pedía permiso a los padres de la mujer para casarse con ella.
Esta tradición también ha estado influenciada por la religión, el entretenimiento y las películas, que han perpetuado la idea de que las niñas deben soñar con un momento romántico ideal.
Históricamente, el hombre ha sido visto como el proveedor y protector, lo que consolidó su rol como quien hace ‘la gran pregunta’.
Sin embargo, eso ha cambiado. Hoy, las niñas y mujeres necesitan saber que tienen el mismo poder para tomar decisiones que impactarán sus vidas.
Razones por las que las mujeres piden matrimonio
Existen muchas razones por las que una mujer puede pedir matrimonio a su pareja. Cada persona tiene el derecho de tomar sus propias decisiones sin seguir normas sociales.
Deseo de compromiso
Nos han enseñado que cuando una mujer muestra deseos de compromiso parece desesperada o puede espantar a su pareja, pero este pensamiento es obsoleto. En lugar de esperar a que el hombre haga la pregunta y pasar años de noviazgo sin recibir el anillo, algunas mujeres prefieren tomar la iniciativa, obtener una respuesta clara y ahorrar tiempo.
Igualdad en la relación
Así como hemos empezado a hablar de custodia compartida, 50/50, roles equitativos en el hogar y mujeres en el ámbito laboral mientras los hombres crían, muchas personas creen que la igualdad debe comenzar desde el noviazgo. Una forma de demostrarlo es con el primer paso hacia el matrimonio.
Ayudar a su pareja
Los hombres suelen estar nerviosos al tomar grandes decisiones y pueden dudar sobre si dar el siguiente paso en la relación. Cuando una mujer propone matrimonio o sugiere casarse, esto puede servir como una reafirmación para el hombre, motivándolo a complementar la propuesta o crear un momento aún más especial.
Desafiar lo establecido
Un acto feminista es no juzgar a las mujeres por cómo deciden vivir sus vidas, y pedir matrimonio es un ejemplo de ello. Así como algunas desean una pedida de mano tradicional, otras prefieren superar los estereotipos y romper con los roles de género.
Libertad financiera
Las mujeres son una fuerza indispensable en el ámbito laboral, lo que les da cada vez más libertad financiera para construir sus propios patrimonios. Esto les permite escoger con quién casarse por amor y sin presión social.
Cuando tienen estabilidad económica, pueden dar este paso cuando lo deseen y formar familias en los momentos que consideren ideales.
Recuerda que cómo cada persona decide vivir su vida no debería ser motivo de críticas ni comentarios. Está bien seguir los roles tradicionales, así como ser quien toma la iniciativa y cumple sus sueños.
Con el tiempo, veremos más propuestas de matrimonio protagonizadas por mujeres, y eso también está bien.
