Las etiquetas tienden a condicionar cada vez más las modalidades de la atracción sexual. Es muy probable que, en una primera cita, al conocer a una nueva persona te llame la atención su forma de expresarse, su manera de acompañar su voz con gestos, y su habilidad para profundizar en ciertos temas.
Si a medida que pasan los minutos, la conversación ha fluido y te atrae su inteligencia, es muy probable que a medida que quieras acostarse con esa persona, seas sapiosexual.
Sobre esta tendencia, la sexóloga y autora del libro «Inteligencia sexual», Maía Esclapez dice en su análisis: «Si la sexualidad es única, cada persona tendrá una definición de lo que les atrae sexualmente».
Según un estudio de la Universidad de Western Ontario, basado en un cuestionario sobre las cualidades que más le atraían de sus parejas a distintas personas, la inteligencia está entre las mejores valoradas, por detrás de la amabilidad y la comprensión.
Por otro lado, la revista Intelligence, manifestó que todos somos un poco sapiosexuales, un término que pone énfasis en la atracción intelectual.
Los sapiosexuales son personas que se sienten atraídos por el intelecto de una persona. Esta condición hace que dejes de lado otros atributos y te interese aún más, cuando mantenga una ingeniosa conversación contigo.
Según el libro “Sapiens: de animales a dioses” las mujeres son quienes tienden a ser sapiosexuales, ya que activan el deseo sexual, a través del estímulo verbal. El libro asegura que los hombres se excitan con más facilidad a través de la vista.
Las personas sapiosexuales se ven atraídas por personas creativos, elocuentes, además de los inteligentes. No obstante, este tipo de condición, hace que las personas se enamoren de manera platónica.
Cuando esto sucede, puede tender a idealizar a una persona y pensar que no está a su alcance. Esto condiciona de manera negativa el futuro de una posible relación. Para corregir esta situación, se debe controlar la parte creativa de la mente.
