Conseguir un maquillaje que potencie tu belleza natural sin perder autenticidad puede parecer una misión imposible. Entre tantas paletas, tutoriales que prometen transformar tu rostro en cinco minutos y consejos contradictorios en redes sociales, es normal sentirse perdida. Pero, ¿y si existiera una fórmula casi infalible que no solo facilitara la elección del color perfecto de sombra, sino que además te hiciera brillar sin esfuerzo? Spoiler alert: existe y se llama colorimetría.
La colorimetría no es solo una herramienta de estilistas y asesoras de imagen; es una revolución silenciosa en el mundo del maquillaje que puede cambiar por completo tu forma de mirarte al espejo. Es ese algo que tienen las personas que siempre lucen radiantes, como si cada tono que eligen estuviera hecho a medida. Porque sí, cuando un color conversa con tu piel, tus ojos y tu energía, el resultado es magia.
Pero esto no va de reglas rígidas ni de maquillajes imposibles: va de verte y sentirte bien. Porque, aunque todas tenemos una belleza única, saber potenciarla con los tonos adecuados puede ser tu arma secreta para brillar con luz propia.
¿Qué es la colorimetría y por qué debería importarte a la hora de maquillarte?
La colorimetría es la ciencia que estudia el comportamiento del color y su interacción con la luz, la piel, el cabello, los ojos… y contigo. Cuando se usa correctamente, se convierte en un game changer del maquillaje: puede hacer que tu piel se vea más luminosa, tus ojos más intensos y tu rostro, simplemente, más tú.
Conocer tu colorimetría es como tener un filtro de belleza natural activado las 24/7. El secreto está en aprender qué tonos armonizan contigo (spoiler: no es el que está de moda, sino el que potencia lo que ya tienes).
¿Cómo saber cuál es mi colorimetría? ¿Soy primavera, verano, otoño o invierno?
La teoría de las 4 estaciones divide a las personas en armonías cromáticas según su tono de piel, color de cabello y color de ojos:
- Primavera: piel cálida, cabello claro o dorado, ojos verdes o miel. Te van los colores cálidos, suaves y luminosos.
- Verano: piel fría y clara, ojos azules o grises. Amiga de los tonos fríos, pastel y empolvados.
- Otoño: piel cálida más profunda, ojos marrones o verdes intensos, cabello rojizo o castaño. Te favorecen los tonos tierra, mostazas, olivas y bronces.
- Invierno: piel fría con alto contraste (piensa en piel clara con ojos oscuros o viceversa). Los tonos fríos, intensos y dramáticos son lo tuyo: azul marino, negro, violeta, fucsia.
Mi tip: Una manera rápida de saber si eres cálida o fría es probarte accesorios dorados y plateados. Si el dorado te ilumina, eres cálida; si el plateado te queda mejor, eres fría. Easy.
¿Cómo influye el color de mis ojos en la elección de sombras?
La clave está en aplicar la teoría del círculo cromático. ¿Traducción? Elige sombras que contrasten con tu color de ojos —es decir, su color opuesto en la rueda del color— para lograr un efecto WOW sin esfuerzo.
Para ojos marrones
- Tonos cálidos: bronce, cobre, dorado, marrón oscuro. Intensifican tu mirada y le dan profundidad.
- Tonos fríos/complementarios: azul, verde esmeralda, lila, violeta. Generan contraste y hacen que el marrón luzca aún más intenso.
Dato cool: El marrón es el más versátil de los colores de ojos. Básicamente, puedes jugar con todo el arcoíris.
Para ojos azules
- Tonos cálidos: terracota, coral, melocotón, bronce claro. Resaltan el azul y le dan un twist veraniego.
- Tonos fríos: lavanda, gris topo, azul navy. Aportan elegancia y profundidad.
Hack visual: Añade un toque cobrizo al párpado móvil y verás cómo tus ojos se vuelven literalmente el centro de atención.
Para ojos verdes
- Tonos complementarios: ciruela, borgoña, rosa viejo, marrón rojizo. Hacen que el verde brille como nunca.
- Tonos neutros: dorados, camel, taupe. Para un look más sutil y sofisticado.
Nota importante: Evita los azules intensos o grises fríos si no quieres apagar el color natural de tus ojos.
¿Cómo influyen el tono de piel y el contexto en la elección?
La piel habla. Y aunque no diga una sola palabra, su tono lo dice todo. Es cálido, frío o neutro. Y esa temperatura cromática determina qué sombras de ojos te harán brillar… y cuáles podrían apagar tu mirada sin querer.
Las pieles cálidas (con subtonos dorados, melocotón o amarillos) se iluminan con tonos como el bronce, el cobre, el coral o el naranja quemado. Piensa en atardeceres y tierra seca. Eso es lo tuyo.
Las pieles frías (rosadas, porcelana o con subtonos azulados) se ven increíbles con lavandas, azules hielo, malvas o gris humo. Colores que aportan elegancia sin esfuerzo. Como si hubieras nacido con ese glow.
¿Y las neutras? Las pieles con equilibrio entre cálido y frío tienen la suerte de poder jugar con casi todo. Lo importante es identificar qué tono del día te favorece más, y llevarlo con actitud. El truco está en conocerte.
¿Cómo aplicar la sombra para un efecto no makeup-makeup que realce (de verdad) tus ojos?
No necesitas hacer un smokey eye cada vez que sales. Si lo que buscas es realzar tu mirada sin parecer que te has pasado 3 horas frente al espejo, aquí va el tip definitivo:
- Elige tu tono ideal según tu colorimetría.
- Con una brocha fina, aplícalo al ras de las pestañas superiores, como si delinearas.
- Difumina suavemente y añade un toque en las pestañas inferiores.
- Usa una brocha plana para alargar el extremo externo del ojo. Resultado: mirada rasgada, sexy, editorial style.
¿Y si me equivoco de tono? ¿Se me nota?
Sí. Y no. Tranquila, nadie va a multarte por usar una sombra incorrecta, pero sí es probable que tu piel se vea más apagada, tus ojeras más marcadas o simplemente algo no encaje.
Good news: Puedes jugar con las texturas. A veces, un tono que no te favorece en mate, puede quedarte increíble con shimmer.
Pero más allá de reglas y etiquetas, lo importante es experimentar, jugar y atreverte. Porque la belleza no está en seguir una norma, sino en encontrar esa mezcla de tonos que te hace sentir poderosa. Y si te equivocas… siempre hay desmaquillante.