viernes, julio 26, 2024
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    ¿Te enojas y luego te pones feliz? Esto podría estar afectando tus relaciones personales

    El gran Daniel Goleman en su libro La Inteligencia Emocional, aborda un tema que ocurre muy comúnmente entre las personas, los arrebatos y los arrepentimientos.

    Para el terapeuta, la situación tiene todo qué ver con el título que aparece en la portada, pero sobre todo, la carencia de autodominio, que no es otra cosa que «controlar el impulso de la voluntad y el carácter».

    Martina es una mujer de 32 años que ha estado cambiando de pareja constantemente; tanto, que sus amigas han empezado a dudar de cómo se llama el nuevo galán, o a pedirle que a las celebraciones personales no los lleve, porque es incómodo estar entre personas nuevas cada mes.

    La razón por la que termina sus relaciones le ha pasado a miles de mujeres, se enoja y después todo está bien, sin ofrecer ninguna disculpa, ni arrepentimiento real.

    «La inteligencia emocional es capaz de refrenar el impulso emocional; interpretar los sentimientos más íntimos del otro; manejar las relaciones de una manera fluida; en palabras de Aristóteles, la rara habilidad de ponerse furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto y de la forma correcta», indica Goleman en su obra, al mismo tiempo que explica que no debemos tenerle miedo a nuestras emociones negativas, ya que ellas son la muestra real de que tenemos un balance, el problema es permitir que nos dominen.

    Para la mayoría de nosotros, recibir una negativa o un golpe emocional ocasiona una molestia, dolor o incluso lágrimas, y hasta ese momento todo está bien, tus sentimientos existen por una razón y debes aceptarlos y entenderlos; el problema es cuando comienzas a gritar, insultar, rebajar y lastimar a la otra persona por lo que tú consideras un error en la Matrix, algo inaudito. Ahí es donde nace el arrebato, en el miedo, dolor y en toda la oscuridad que hay en todos nosotros.

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    La ira que preside al arrebato existe porque el exterior está atacando nuestra integridad, vulnerando lo que consideramos un ataque directo, y al agrandarlo, afectamos nuestra salud mental, cosa que sólo tiene dos caminos: o lo internalisas y sufres eternamente, o lo sacas con una explosión, dejando todo lo racional de un lado. Pero todos tenemos un aliado que nos puede sacar de esto, la empatía.

    John Stuart Mill describió a la «ira empática» como «el sentimiento natural de la represalia, reflejado por el intelecto y la simpatía aplicable a aquellas heridas que nos lastiman y nos llevan a ofender a otros», por ello, para el psicólogo, necesitamos un «guardián de la justicia», que se convierta en un conductor de acción moral que se presente para ayudar a ambas partes.

    Cuando tienes mucha empatía con la persona que te está lastimando, una real, no esa en donde crees que sabes lo que está sintiendo y pensando, entonces la percepción que tendrás de su dolor cuando comiences a gritarle se hará muy real, y así podrás poner tus sentimientos en un balance, lo que hará que la discusión se convierta en algo maduro, que permita que las dos partes obtengan lo que quieren.

    Si hasta este momento crees que el caso está perdido porque «no puedes cambiar», no es así, un estudio realizado por el terapeuta Paul Ekman en diversas latitudes del planeta nos indica que el demostrar tu enojo es aprendido, y no sólo por lo que te enseñaron tus padres, también por la cultura; por ejemplo en Japón los nativos minimizan las muestras de emoción, mientras que en América Latina las exageramos, cosa que no nos ha llevado a ningún lado.

    Los arranques que tienes son normales, sólo debes de llevarlos a un lugar más tranquilo, menos violento, que concluyan también en una disculpa sincera en caso de exasperarte, por lo que existen algunas herramientas que te alejarán lo más posible de la vida que lleva Martina.

    • Practica la relajación para desactivar tus sentimientos de ira.
    • Utiliza el humor, y tratar de relajar lo que está ocurriendo.
    • Cambia tu discurso, no puedes seguir enfocada en lo que te ha hecho daño tanto tiempo.
    • Acéptate como eres, finalmente tú eres lo que eres gracias a las desiciones que has tomado, ¿por qué negarte a ti misma?
    • Tiempo fuera. Cuando sientas que todo está por explotar, aléjate.

    Remplaza tus sentimientos negativos por otros, no esconderlos, y que si estás por tener un arrebato frente a tus seres queridos, pienses que ellos son lo que más amas, que han estado para ti en más de una ocasión y que te respetan como eres, aunque a veces te pases de iracunda.

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