Los problemas de salud que pueden abordarse de manera conjunta.
En México los trastornos del sueño (insomnio) y la obesidad están en constante aumento, afectando a millones de personas y están interrelacionados. En marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad el 4 y el Día Mundial del Sueño el 15. A pesar de la relevancia de estos problemas de salud, no parecen disminuir, y es crucial entenderlos debido a las estadísticas alarmantes.
Según el Instituto Nacional de Salud Pública, el 45% de los adultos sufren de insomnio, apnea o ronquidos, y el 75.2% de las personas mayores de 20 años tienen sobrepeso u obesidad, siendo más prevalente en mujeres que en hombres, especialmente en el grupo de 40 a 60 años, donde alcanza el 85%.
¿Cómo se vincula la obesidad y el insomnio?
La Dra. Esmeralda Bastidas, experta en medicina regenerativa, wellaging y biohacking, destaca la conexión entre la obesidad y el insomnio.
La falta de sueño puede conducir a problemas de salud como el aumento de la grasa abdominal y el colesterol, ya que durante el sueño se producen hormonas que regulan el hambre y la quema de grasa, incluida la grasa visceral. Además puede causar daños cromosómicos que aumentan el riesgo de enfermedades genéticas o adquiridas, incluidas las neurodegenerativas como las demencias.
Por otro lado, el sobrepeso también puede generar trastornos del sueño al dificultar la respiración y el descanso. Esta relación bidireccional entre obesidad e insomnio aumenta el riesgo de desarrollar diabetes, obesidad, problemas de memoria y envejecimiento prematuro.
¿Cómo solucionar los problemas de insomnio y obesidad?
Para abordar estos trastornos, se pueden considerar diversas opciones, como:
Terapia hormonal: según la doctora Marimar Guerra, se adapta a las necesidades individuales, pudiendo recurrir a inyecciones de hormonas para restaurar los niveles normales en el cuerpo.
Medicina ortomolecular: combina vitaminas, minerales y antioxidantes administrados por vía intravenosa para nutrir las células, desintoxicar el cuerpo y equilibrar el sueño, así como el sistema hormonal y metabólico.
Regeneración celular: Los trastornos del sueño y la obesidad reducen la capacidad de las células para regenerarse y transmiten información alterada a las nuevas células. Mediante una inyección de células madre, se puede promover la producción de células nuevas y saludables, evitando así los problemas derivados de la falta de sueño y la obesidad.
Hidrógeno molecular: Tiene la capacidad de reducir el estrés oxidativo, lo que contribuye al retraso del envejecimiento, mejora la calidad del sueño y reduce la inflamación celular.
Terapia indigo: utiliza electrodos para recopilar información sobre la energía del cuerpo y tratar desequilibrios energéticos, favoreciendo la reparación celular. Además, el software permite programar la terapia para controlar el estrés, el sueño y el descanso profundo.
Es fundamental consultar a un profesional de la salud para conocer los tipos de terapias disponibles y determinar cuáles se adaptan mejor a nuestro estilo de vida y necesidades.
Aunque muchas personas sufren al menos uno de estos trastornos, aún es posible hacer cambios en nuestra rutina y estilo de vida para garantizar una vida de calidad y encontrar el éxito en cualquier procedimiento.
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