jueves, julio 4, 2024
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    El regalo detrás del miedo by Ana Carbajal

    Lección 6: No hay nada malo en mí, simplemente no soy lo que están buscando.

    Por: Ana Carbajal.

    Qué irónica es la vida que a veces es en las situaciones más difíciles donde nos pone la medicina, y creo que nuestra medicina se encontraba en el mismo lugar. Y en ese lugar coincidimos Valeria y yo.

    Nuestra sexta invitada de «Un elefante en la habitación» es Valeria Rendón, modelo de tallas extra, quien ha estado en proyectos extraordinarios tanto en México como en el extranjero, algo que poco se imaginaría la Valeria más pequeña.

    Porque personas como ella y yo con nuestro tipo de cuerpo no teníamos un lugar en ese sueño, éramos casi tan invisibles para esta industria que de niñas no sabíamos que se podía volar tan alto.

    Hoy ese guión ya es diferente y Valeria Rendón es parte de ese cambio, es de las pocas modelos que existen en México de su categoría, representándonos orgullosamente y representando a mujeres que por muchos años fueron ocultas.

    El día que comenzó todo

    Conocí a Valeria en un casting hace años atrás y después coincidimos en diferentes proyectos, nos reconocíamos y conectábamos siempre porque éramos de las pocas modelos de tallas extra en México y nos identificábamos en la misma lucha. Con el tiempo nos volvimos amigas y en esa amistad encontramos una sanación que nos tomó por sorpresa.

    Quisiera poder transcribir todas esas conversaciones en las que muchas veces terminamos llorando, porque tal vez por primera vez nos sentimos tan identificadas con alguien en nuestras heridas. Recuerdo pensar, «ojalá pudieran más mujeres escuchar esto, sentir esto» porque con cada conversación profunda sentíamos que sanábamos un poquito más… y esto es la magia del acompañamiento en el dolor.

    Saber que no somos las únicas que pasamos por cierta situación complicada nos hace sentir menos culpables o menos tristes o simplemente aligera la carga. Por eso creo que es importante hablar de estos temas.

    Valeria creció en una generación en la que la delgadez era glorificada y no digo que no lo sea aún, pero en los 2000s, era prácticamente de lo único que se hablaba: Del físico.

    Crecimos obsesionadas con dietas y rutinas muy pocos sanas, bombardeadas desde muy pequeñas con anuncios y portadas de revistas que se enfocaban explícitamente en la talla y en cómo lograr una más pequeña

    Cualquier persona que no encajaba en el estándar de belleza tan cerrado, simplemente era borrada del mapa de la representación, porque no eras así, no eras merecedora de estar ahí.

    Esto claro causó muchas heridas e inseguridades en personas como nosotras y poco sabíamos lo que en el futuro nos esperaba.

    Platicando con Valeria sentía que habíamos vivido casi la misma vida, en donde nuestro peso era una sombra que nos perseguía desde niñas, una nube gris, incapaz de alejar, que impactaba de cierta manera todas las áreas de nuestra vida.

    Al escuchar su historia, por primera vez me hizo sentir que no era el bicho raro, que había y hay muchas niñas como nosotras, que el día de hoy merecen un mundo más amable y más diverso.

    Lo que el peso me robó

    Uno de los momentos más emotivos fue el ver lo que la gordofobia que hay en nuestra sociedad nos ha robado, y no podía sentirme más identificada con esto, Valeria nos narra cómo su peso le ha robado vivir experiencias que serían de lo más común en otras personas con un cuerpo normativo.

    Cómo una relación sana de pareja, usar la ropa que quería, tener más amigas, Valeria dejó de ir a su  graduación de la universidad, por no tener que pasar por la odisea de buscar un vestido.

    Nos menciona también que simplemente le robó la experiencia de sentirse bonita y suficiente para gustarle a alguien, también le robo el poder disfrutar la comida, esto debido a que siempre estaba en constante dietas con nutriólogos y la culpa llegaba si no seguía su régimen.

    En pocas ocasiones se habla de esto, de las adolescencias y niñeces marcadas por experiencias robadas, experiencias que no volverán y que ahora como adultas ya más seguras queremos vivir, Valeria nos cuenta cómo ahora comienza a disfrutar mucho más su vida, viviendo experiencias que antes no se hubiera atrevido. Esto para mí es el éxito más grande.

    Más allá de la historia de éxito de Valeria como modelo, el éxito personal que ha vivido creo que es a lo que muchas personas aspiramos. El poder está en calma y en paz con nuestro cuerpo, con nuestro ser.

    Y en esa calma disfrutar cada una de las etapas de la vida y es lo irónico que mencionaba al inicio, que esto lo encontró Valeria en el lugar menos esperado, y tal vez en la industria que fue parte de sus heridas al marcar estándares tan irreales: El modelaje.

    El regalo detrás del miedo

    Siempre huimos del miedo, así nos lo han enseñado, y  claro que el miedo suele ser un mecanismo de protección pero no siempre es así, a veces nos protege de cosas que sí serían nocivas para nosotras pero en otras ocasiones también nos evita vivir cosas que serían beneficiosas para nuestra vida.

    En este caso, ¿te imaginas a una niña insegura que nunca ha estado cómoda con su cuerpo, que ahora su trabajo sea estar ante una cámara posando?

    Es de las cosas más difíciles y que más le daba miedo a Valeria, si toda la vida has querido ocultar tu cuerpo y que ahora sea este el centro de atención de tu trabajo, te hace temblar un poco, pero fue gracias al valor de salir de su zona de confort, de mostrar sus heridas y de no rendirse ante las inseguridades y el miedo.

    Lo que hizo que Valeria pudiera emprender el viaje de amor propio de una manera radical que hoy ha dado frutos, algo similar pasó con mi historia, recuerdo lo difícil que era estar en un set de filmación y siempre pensar que no era suficiente para estar ahí.

    Al punto de casi salir corriendo o llorar a escondidas, pero día tras día me sentía mejor, más fuerte, y descubrí que era ir hacia lo que me daba miedo y conquistar eso lo que me regaló la gran seguridad y amor que siento, hoy hacia mí. Y esto creo lo podemos replicar en diferentes situaciones de nuestra vida.

    ¿Qué es lo que más te da miedo o ansiedad ahorita, ¿cuáles son los elefantes en la habitación que no queremos ver y que al identificarlos y reconocerlos podemos entonces encontrarles una solución o aceptación?

    Creo que de las grandes lecciones que nos deja la historia de Valeria es justo ese amor que estamos buscando, esa herida que queremos sanar, ese logro que queremos conseguir estará tal vez detrás de las cosas que más nos den miedo, que más nos causan ansiedad y de las cuales más queramos huir.

    «No hay nada malo en mí, simplemente yo no soy lo que estaban buscando»

    – Valeria Rendón.

    El primer consejo que me dieron al empezar a modelar fue «no te tomes nada personal», ¿pero cómo no tomarte algo personal cuando te están juzgando por tu cuerpo? Era algo muy complejo que me tomó años entender, Valeria lo sintió de la misma manera al inicio, sintiendo que al no quedar en proyectos era debido a que ella no era suficiente y esto impactaba aún más en su autoestima.

    Cuando la sociedad nos ha hecho sentir de esa manera por años es difícil creer que somos merecedores de algo mejor y el síndrome del impostor aparece constantemente, una situación que pasa mucho también en parejas, amigos etc.

    Nos culpamos cuando algo no funciona, y nos vamos directito a nuestras heridas, sintiendo que hay algo mal con nosotros, pero conforme vamos sanando y creciendo el amor hacia nosotros mismos.

    Nos damos cuenta de que no se trataba siempre de como nos veíamos o de cómo somos, si no de los conceptos y prejuicios que los demás tienen sobre nosotros y eso no nos corresponde, es algo que no podemos controlar. 

    Por lo que cualquier cosa que digan no puede ser personal, mucho menos en este trabajo. En el momento en el que Valeria empezó a ver las cosas de esa manera, nos cuenta que todo empezó a fluir muchísimo más.

    «No hay nada malo en mí, simplemente yo no soy lo que estaban buscando», y esa frase me encanta, porque nos libera de la culpa que sentimos, a veces irracional,  de cuando algo no sale de la manera que deseábamos.

    Estamos muy emocionadas de ver cómo el cambio en el discurso y la representación impacta a tantas vidas y sobre todo la generación más joven estoy segura de que en un futuro ni siquiera tendremos que hablar de esto, pero el día de hoy agradezco con el alma que existan personas como Valeria que dedican su labor a abrir caminos para otras mujeres. Juntos estamos creando el mundo que merecemos.

    Disfruté muchísimo este episodio, fue un abrazo al corazón y a mi niña interior, espero que estés disfrutando mucho de estos temas, y de nuestras invitadas que cada una deja una gran lección e inspiración a su paso.

    Escucha el sexto episodio de «Un elefante en la habitación» en Spotify:

    También lo puedes ver en YouTube:

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