Explorando nuestro interior a través de los demás.
A menudo escuchamos que aquello que nos molesta de los demás está relacionado con nosotros, y que lo que no toleramos en otros suele ser algo que también hacemos. Esto se conoce como la ley del espejo, que puede revelar mucho sobre nuestras relaciones interpersonales.
¿Qué es la ley del espejo?
En el ámbito del desarrollo personal, existen muchos conceptos que ayudan a definir nuestra forma de relacionarnos y comportarnos. Uno de ellos es la ley del espejo, según Yoshinori Noguchi, una ley que demuestra que nuestra percepción del mundo es un reflejo de nuestro interior.
Esto significa que muchas de nuestras experiencias negativas en las relaciones pueden provenir de un pensamiento negativo o de prejuicios hacia nosotros mismos. Nos ayuda a entender que el cambio debe comenzar en nuestro interior y dejar de lado la victimización.
Funcionamiento de la ley del espejo en las parejas
Este principio no solo se aplica a compañeros de trabajo, familiares o amigos, sino que también se observa en nuestras relaciones amorosas.
Muchos de los traumas que experimentamos comienzan en la infancia lo cual impacta significativamente en nuestras interacciones futuras. Aunque lo que vivimos en la infancia no es nuestra culpa, es nuestra responsabilidad cambiarlo al hacernos adultos.
Lo que nos molesta de nuestra pareja es un reflejo de nuestro interior. Muchas veces las heridas no sanadas del pasado se reflejan en la carga emocional que llevamos a nuestras relaciones.
También puede ocurrir en la elección de pareja. A menudo nos encontramos en un ciclo en el que salimos con personas egoístas, violentas, manipuladoras o narcisistas. Atribuimos toda la culpa a quienes nos han lastimado sin reconocer nuestra propia participación en ello.
El hecho de elegir a una persona negativa no significa que nosotros lo seamos, pero refleja directamente nuestro amor propio y el valor que nos damos para relacionarnos con gente que no se preocupa por nosotros.
Las personas con las que nos relacionamos son un reflejo directo de lo que tenemos en nuestro corazón y de nuestras propias deficiencias.
La ley del espejo puede mejorar nuestras relaciones amorosas al identificar las acciones, movimientos o palabras que nos molestan en los demás, y comprender de dónde proviene ese sentimiento negativo. Esto nos ayuda a cambiar la forma en que buscamos cariño, nos expresamos y nos relacionamos.
Es importante destacar que el amor propio no lo soluciona todo. Si estás en una relación violenta que pone en peligro tu vida, no necesitas hacer ninguna reflexión. Simplemente, debes alejarte para priorizar tu bienestar, salud y mentalidad.
Principios de la Ley del Espejo
Esta ley se basa en cuatro principios que, una vez entendidos, nos permiten realizar ejercicios de autorreflexión. Se resumen de la siguiente manera:
1- Aquello que te molesta o quieres cambiar de la otra persona ya está dentro de ti y aún no lo has resuelto.
2- Lo que otra persona critica o le molesta de mí está dentro de ella y ella lo tiene que trabajar.
3- Todo aquello que admiramos o nos gusta de los demás es porque también nos gusta de nosotros mismos y es un potencial que todavía no hemos trabajado.
4- Lo que una persona critica o juzga de mí, si a mí también me molesta, es porque está dentro de mí y todavía tengo que resolverlo.
Nos permite identificar diferentes tipos de heridas, como las de abandono, rechazo, humillación o traición, mostrando nuestro lado más vulnerable y aprendiendo a confiar en los demás, pero teniendo las herramientas necesarias para protegernos de personas con intenciones malas.
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