Hoy ibas a ir al gimnasio. Tenías tus leggings favoritos listos, la playlist motivacional preparada, pero… llegó tu menstruación. Entonces te preguntaste: ¿Vale la pena entrenar así? ¿No será mejor quedarme en casa con una mantita y una serie reconfortante? Tranquila, no estás sola. Todas hemos estado ahí. Por eso decidimos resolver esta duda existencial de una vez por todas.
¿De verdad se puede hacer ejercicio con la menstruación?
Sí, se puede. Y no solo eso: puede ser incluso beneficioso. El cuerpo femenino es una coreografía hormonal compleja, pero sabia. Durante la menstruación, si bien es cierto que muchas personas experimentan fatiga, dolor o incomodidad, también es un momento donde el ejercicio adecuado puede convertirse en un aliado inesperado.
Mover el cuerpo libera endorfinas —esas pequeñas moléculas de felicidad que mejoran el estado de ánimo, reducen la ansiedad y suavizan el dolor menstrual. No es magia, es biología. Aunque, se siente bastante mágico, la verdad.
¿Qué tipo de ejercicio es mejor en estos días?
El truco está en escuchar al cuerpo. Y eso significa que no todos los entrenamientos son iguales, ni todos los días del ciclo se sienten igual.
Durante la menstruación, lo ideal es optar por ejercicios suaves, conscientes, que no sobrecarguen ni exijan más de la cuenta. Aquí algunas opciones que son pura armonía:
- Caminar: suena simple, y lo es. Pero también eficaz. Estimula la circulación, libera tensión y no requiere más que tus piernas y buena música.
- Yoga o pilates: movimientos lentos, estiramientos suaves, respiración profunda. Perfectos para calmar tanto el cuerpo como la mente.
- Ejercicio cardiovascular ligero: como pedalear, nadar o incluso bailar sin prisa. Energía sin exceso.
- Tonificación con poco peso: mantener la fuerza sin forzar el cuerpo. Suave, pero consistente.
¿Y si me siento muy cansada?
Entonces no lo hagas. El lujo de este enfoque está justamente en eso: no se trata de exigirse más, sino de crear una nueva narrativa del cuerpo —una que escuche, abrace y acompañe.
Algunos días tu cuerpo pedirá pausa. Otros, movimiento. Entrenar durante la menstruación no es una obligación ni una fórmula mágica, es una herramienta de bienestar si así lo decides. Porque descansar también es parte del autocuidado.
¿Qué beneficios tiene moverse en los días rojos?
Muchos más de los que imaginamos. Aquí una pequeña lista para tener a mano la próxima vez que dudes:
- Disminuye el dolor y los cólicos.
- Reduce la hinchazón.
- Mejora el estado de ánimo.
- Alivia la ansiedad.
- Aumenta la energía general.
- Regula el sueño.
- Conecta contigo misma desde un lugar de poder, no de lucha.

¿Entonces… sofá o sentadilla?
La respuesta es: lo que tú necesites. Ni el gimnasio es enemigo, ni la manta es debilidad. La clave está en entender que tu cuerpo es cíclico, cambiante, sensible. Y que el ejercicio, lejos de ser una imposición, puede ser un refugio.
Así que si hoy decides moverte, hazlo desde el placer. Y si hoy decides parar, que sea sin culpa. Tu ciclo no es un obstáculo, es un lenguaje. Y estás más que lista para escucharlo.