Por: Luis H. Mendoza.
Si te dijeran que un chico mexicano de 20 años tiraría 27 outs (juego completo) en un debut day en ligas mayores con los Dodgers de L.A., que ganaría el premio al novato del año, el Cy Young.
Dos series mundiales y que además de todo eso serviría como puente para unir a los atrabancados gringos y los impacientes latinos en un campo de juego, desatando una manía en la década de los 80… no lo creerías. Para demostrar que esto es verdad solo hace falta mencionar un nombre: Fernando Valenzuela.
Fernando Valenzuela, una leyenda
Los héroes son esos personajes que, en muchas ocasiones, te animan a ir un paso más adelante, a hacer un poco más de lo establecido, a subir un escalón más. Los héroes en muchas ocasiones no se parecen mucho a uno mismo, pero terminamos por sentirnos identificados.
Y entonces llega uno que sí se parece a ti, que es del mismo país, que habla tu mismo idioma, que en cierta medida te representa y entonces esa empatía que sentías por los héroes se multiplica porque sí él puede, entonces quiere decir que yo puedo y eso en los pequeños (y en los grandes también, como no) es un impulso que casi siempre estamos buscando, sin buscar.
¿Quién fue Fernando Valenzuela?
Fernando Valenzuela nació un 1 de noviembre de 1960 y después de un paso bastante sólido en el beisbol nacional (Mayos de Navojoa, Águilas de Mexicali, Tuzos de Guanajuato y Leones de Yucatán) llegaría en 1980 a Los Angeles con los Dodgers.
Lugar donde alcanzó el máximo de su fama y de sus logros, donde se exprimió quizás un poco de más ese brazo izquierdo que cualquier titán quisiera tener y el lugar donde dejó la idea del ‘sí se puede’ para meter la idea del ‘de aquí para adelante’.
Basta con saber los números que tiene para darse cuenta del fuera de serie del que estamos hablando y aunque con la frialdad de las cifras uno puede argumentar, creo que la calidad de juego, la forma en como cambió la idea de percibirse para los mexico-americanos y los mexicanos, así como para darse cuenta de que la representación siempre es importante es la mejor forma en la que se debe recordar al Toro.
La leyenda mexicana
Hazañas hay muchas, desde el opening day en el que blanqueó con ronda completa a los Astros de Houston (lanzó las 9 entradas, colgó los 27 outs), pasando por el triunfo en ese tercer juego en 1985 en la serie contra los Yankees.
El cual sería el impulso para que a la postre se convirtieran en campeones mundiales o tener su mítico número 34 retirado de los elegibles para usar con los Dodgers.
Fernando tiene quizás la primera gran muestra de viralidad en tiempos en que los medios de comunicación eran pocos y no tenían el alcance global que tienen hoy. Cada vez que Fernando se paraba en la loma, el país entero (México) se paralizaba para ver la nueva hazaña que lograría el pitcher.
Vieron ganar la Serie Mundial de 1981 y 1985, vieron el juego perfecto de 1990 y vieron cuando se fue de la MLB, solo un tipo pudo ver lo que nosotros no: Mike Brito, un cazatalentos de los Dodgers que vino a México en 1978 a observar a un short stop.
Y se encontró de frente con un niño de 17 años que dominó en su totalidad al equipo del parador en corto, después de ese juego Brito llevó a Valenzuela a las ligas menores de LA y lo demás es la historia que estamos relatando, ese tipo vino buscando cobre y se llevó oro… eso, solo lo pudo ver él. Qué envidia.
Un mexicano en los Dodgers
Fernando logró desbloquear el que los latinos no quisieran ir al Dodger Stadium, recordemos que la intromisión que se llevó a cabo para construir esa sede dejó sin casa y sin historia a las comunidades latinas de Chavez Ravine tan solo 23 años antes en 1958.
Esa deuda de los estadounidenses con los latinos quizás no se ha saldado del todo, pero en los tiempos del ‘Toro’ se logró subsanar en cierta medida, la Fernandomanía llegó para los latinos, pero benefició enormemente a los estadounidenses. La unidad se mantuvo cauta y en pie, gracias en toda medida a Fernando.
Valenzuela es héroe, es parte de ese triunvirato junto con Hugo Sánchez y Julio César Chávez de los máximos exponentes del deporte mexicano de todos los tiempos sin lugar a dudas, un tipo silencioso, sigiloso, disciplinado y siempre humilde que se fue ayer, un caballero dentro y fuera del campo que logró mantener la deportividad intacta.
No tiene un solo detractor y contrario a lo que podría pensarse hizo mucho en favor de la pelota y en pro del pelotero. Un tipo familiar y cabal en la amistad dejó el plano terrenal ayer por la tarde noche y con él, un poco de todos los que amamos el beisbol se fue también.
Los héroes son esos personajes que, en muchas ocasiones, te animan a ir un paso más adelante, a hacer un poco más de lo establecido, a subir un escalón más… Ayer se fue el héroe del diamante. Hasta siempre #34… Y que se detenga una vez más el tiempo… como cuando mirabas hacia el cielo antes de cualquier pitcheo.
Ha dejado este plano Fernando Valenzuela. Silencio.
Playball!