martes, diciembre 3, 2024
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    Mujeres en la lucha estudiantil del 2 de octubre de 1968

    El 02 de octubre de 1968 cambió la vida de los estudiantes de México, demostrando el rol de las mujeres, más allá de la tragedia.

    Por: Nancy Estrada

    En otro aniversario del trágico 2 de octubre de 1968, recordaremos un suceso lamentable que marcó la historia de México y que cobró la vida de cientos de estudiantes. En medio de la represión y el dolor, las mujeres desempeñaron un papel crucial, luchando no solo por la justicia social, sino también por su lugar en una sociedad en la que comenzaba a despertar al feminismo

    ¿Cómo era la educación de la mujer en 1968?

    A finales de los años sesenta, el acceso de las mujeres a la educación superior seguía siendo un privilegio. Las universitarias no solo enfrentaban la represión política y la violencia del Estado, sino que también debían desafiar las expectativas familiares y sociales.

    Estudiar en una universidad significaba romper con los roles tradicionales asignados a las mujeres, especialmente en una sociedad patriarcal como la de entonces.

    Consuelo Valle, una de las estudiantes de la UNAM, recuerda cómo el simple hecho de usar minifalda representaba una revolución interna en las familias.

    Las mujeres han luchado por sus derechos estudiantiles hace años.

    La influencia de las mujeres en el movimiento estudiantil

    Aunque el movimiento estudiantil promovía ideas de igualdad y justicia, las mujeres dentro del activismo aún enfrentaban roles subordinados.

    Se les asignaban tareas de cuidado, como preparar alimentos o limpiar, mientras que los hombres ocupaban los puestos visibles de liderazgo. Sin embargo, estas mujeres comenzaron a rebelarse contra estas imposiciones, exigiendo roles más proactivos dentro de las asambleas y en las brigadas.

    Mujeres como Roberta Avendaño, conocida como ‘La Tita‘, y Ana Ignacia Rodríguez, ‘La Nacha’, lograron hacerse un lugar en la primera línea del movimiento, desafiando tanto la represión estatal como las dinámicas machistas dentro de las propias filas estudiantiles.

    Brigadas feministas

    Uno de los aspectos más innovadores de la participación femenina en el 68 fue la creación de brigadas; estas no solo se encargaban de la difusión del movimiento mediante volantes y publicaciones, sino que también rompían con los espacios tradicionales de protesta.

    Gracias a los esfuerzos de las mujeres en 1968, hoy tenemos muchos de nuestros derechos.

    Las mujeres llevaban el mensaje del movimiento estudiantil a mercados, barrios y plazas públicas, movilizando a sectores populares que no estaban directamente vinculados con las universidades.

    Estas mujeres demostraron que la lucha no solo se daba en las calles o en las asambleas, sino también en los pequeños actos de resistencia cotidiana.

    El nacimiento de un nuevo feminismo

    A raíz de la represión vivida y las experiencias adquiridas en las brigadas, muchas mujeres comenzaron a organizarse de manera independiente.

    En 1971, nació el colectivo Mujeres en Acción Solidaria (MAS), uno de los primeros grupos feministas militantes del país. Estas mujeres entendieron que, además de luchar por los derechos políticos y sociales, era necesario combatir la desigualdad de género desde la raíz.

    Roberta Avendaño ‘La Tita’ y Ana Ignacia Rodríguez ‘La Nacha’, son algunas de las mujeres que cambiaron la realidad de los estudiantes.

    La participación femenina en el movimiento estudiantil de 1968 no fue solo una anécdota en la historia de México; marcó el inicio de una nueva era en la lucha por los derechos de las mujeres y sentó las bases para las movilizaciones feministas de las décadas siguientes.

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