No phones, no problem, just imagination.
Un mar de iPhones e infinidad de smartphones son la típica escena distópica capturada en París (en realidad, en todo el fashion month) durante las últimas pasarelas. Periodistas e influencers nos dan un aperitivo de lo que hay que ver, en lo que algunos argumentan como la pérdida del misticismo que caracteriza un desfile de moda.
Las diseñadoras de The Row, Mary-Kate y Ashley Olsen decidieron regresar a la semana de la moda original previa a la era de Internet, prohibiendo teléfonos y cámaras en su desfile AW24.
Obligando así a los invitados a ver la colección con sus propios ojos. Para mantener las notas del show se les entregaron elegantes cuadernos japoneses y lápices para anotar pensamientos y sentimientos a medida que surgían las miradas.
The Row fiel a sus valores
Entonces, ¿qué pasó en el show? Bueno, el Stylenotcom favorito de la moda arrojó un poco de luz, destacando la alfombra marrón del set. La colección en sí presentaba formas típicas de The Row: Una franja de amplias trincheras, vestidos plisados estructurados con formas esculturales, abrigos de lana cuadrados y de hombros grandes, y pantalones y prendas de punto holgadas.
Una movida bien atrevida en un mundo donde el influencer comercializa su presencia, las diseñadoras sobreponen la integridad de su producto por encima de complacer los medios.
Cristobal Balenciaga una vez sacó a la prensa de su desfile para evitar que se generen copias de sus modelos en la época que la réplica se originó. No es el caso, pero sí se siente que esta acción le da a la marca un toque de elegancia y de extra lujo ajeno al resto de las pasarelas.
Mientras, a quienes no asistimos nos toca esperar o simplemente dejar en nuestra imaginación el que ya es uno de los mejores desfiles en la era digital…
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