Ser mujer es una bendición, somos fuertes, inteligentes y capaces de cualquier cosa. Pero por mucho tiempo nos lo han pintado como una maldición, y como no si vivimos en una sociedad que no pone atención a nuestras necesidades básicas. Empezando por los productos menstruales que han sido elaborados con el único propósito de protegernos en nuestro ciclo menstrual, pero son elaborados con ingredientes peligrosos.
Hablar de la menstruación a temprana edad es fundamental para romper tabúes y educar a las niñas sobre sus cuerpos.
¿Usar tampones es seguro para el cuerpo?
Estudios revelan que hay plomo y arsénico en los tampones. Han pasado casi 100 años desde que se inventaron los tampones, pero apenas estamos descubriendo qué contienen. Un nuevo estudio ha descubierto concentraciones de metales tóxicos en tampones de 14 marcas. Entre estos metales se encuentran varios que no tienen un nivel de exposición ‘seguro’, como el plomo y el arsénico.
Se estima que una mujer en promedio usa 11,400 tampones en su vida, una cantidad que levanta las alarmas debido a los peligros del envenenamiento por metales.
¿Es bueno usar tampones orgánicos?
Desafortunadamente, usar tampones orgánicos también es nocivo para la salud. Se ha descubierto que hay mayores concentraciones de arsénico en los tampones orgánicos y mayores concentraciones de plomo en los no orgánicos.
Una noticia que ha impactado a miles de mujeres que hacen el esfuerzo por llevar sus periodos de la manera más sana y cómoda posible. Nuevamente, la desigualdad en la salud pone en peligro la integridad de millones de niñas y adultas que viven sus vidas con una venda en los ojos, sin oportunidad de tomar las mejores opciones para su salud.
¿Usar tampones es malo para la salud?
De acuerdo al estudio y a la investigadora postdoctoral Jenni Shearston se deben de hacer más investigaciones para determinar si los metales podrían ingresar al torrente sanguíneo de una persona a través de tampones. «A pesar de este gran potencial de riesgo para la salud pública, se han realizado muy pocas investigaciones para medir los químicos presentes en los tampones’, afirmó Shearston en una declaración.
Faltan más datos para conocer realmente qué efectos tienen estos productos menstruales en nuestra vida. La falta de investigación e irresponsabilidad de los fabricantes pone a la venta materiales nocivos, pero tampoco dan otras soluciones u opciones para las personas menstruantes.
¿Qué se está haciendo al respecto?
Se han levantado iniciativas que buscan el beneficio de las personas. En 2019, EE. UU. se aprobó un proyecto de ley llamado ‘Ley de derecho a saber sobre productos menstruales de 2019’, que exige legalmente que todos los productos sanitarios revelen sus ingredientes en el envase.
Este es un ejemplo que se espera otros países sigan. La transparencia en la producción de los productos menstruales abre el panorama.
Las toallas sanitarias han demostrado ser igual de malas para la salud, por lo que considerar las copas menstruales o rompa interior especial pueden ser soluciones inmediatas a esta problemática, aunque no contamos con suficientes investigaciones para saber exactamente cómo se comparan.
Texto original: Teneal Zuvela
Adaptación: Bianca Cosulich
Artículo originalmente publicado por Marie Claire Australia
