La rosácea, aunque es crónica, no tiene porque afectar tu calidad de vida, afirma la Dra. Ileana Arreola.
No te puedo mentir, cuando hablé con la Dra. Ileana Arreola una de sus declaraciones me espantó un poco: La rosácea le puede dar a cualquier persona de la noche a la mañana.
No puedo presumir una rutina de piel perfecta, pero hago lo posible por evitar los daños del sol y eso me ha ayudado a mantener mi piel en buen estado. Probablemente tu experiencia sea similar, pero aquí está una oportunidad para aprender más sobre la rosácea, sus efectos y cómo tratarla.
La rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente la piel del rostro. Este padecimiento actualmente afecta al 5.5% de la población general y 3 de cada 4 personas con rosácea son mujeres. Ileana Arreola se ha especializado en esta enfermedad a raíz de ver como esta enfermedad es difícil de diagnosticar.
¿Qué es este padecimiento?
La rosácea es una enfermedad multifactorial. La dra. Arreola explica: «En primer lugar hay un factor genético. Cuando interrogas a el o la paciente, el abuelo o la abuela tienen la nariz como fresita, o la mamá o el papá siempre están rojos o al hermano se le marcan las venitas.
«También hay otros factores, por ejemplo, los ambientales como la exposición al sol, el calor o el estrés, ciertos alimentos con picantes o condimentos o bebidas calientes o el ejercicio pueden disparar la rosácea. Casi siempre después de tratamientos como peelings se puede detonar la rosácea si tienen el factor genético».
Cuando tienes rosácea, tu barrera de la piel ya está comprometida (puedes leer más sobre tu barrera de la piel en nuestra guía). «Hay otra enfermedad que se llama dermatitis atópica en donde hay una alteración de la barrera cutánea, pero genera otras condiciones en la piel como eczema, pero no necesariamente son detonantes de rosácea».
Esta enfermedad podría parecer acné, pero la diferencia clave está en las pápulas (coloquialmente conocidos como granitos) que aparecen. «La diferencia es que en el acné siempre va a haber comedón, es decir grasa subcutánea que sale al reventar una pústula o pápula. Pero, en el caso de las pápulas de rosácea no hay grasa. Generalmente se ven rojas, pero cuando le aprietan solo sale suero con sangre».
Genética y otros factores detonantes de la rosácea
Y aunque la rosácea puede llegar de sorpresa, hay algunas señales que pueden sugerir que ya estás predispuesta a esta enfermedad, como que tu piel se ponga roja inmediatamente al contacto con el sol o que tenga mayor sensibilidad a productos cosméticos.
Un grupo especialmente vulnerable a esta condición son las personas de piel más blanca. «La melanina es un mecanismo de defensa natural contra el sol. Aquellos pacientes con más melanina tendrán una mejor respuesta ante la radiación UV».
«La rosácea la vemos más en países nórdicos o pieles con fototipos más claros. Sin embargo, pieles morenas apiñonadas o muy bronceadas también pueden tener esta enfermedad porque no está relacionada con el color sino con la predisposición genética», comentó la Dra. Arreola.
Actuar rápido y con precisión es clave
La recomendación es crear junto con tu dermatólogo una rutina de skincare más minimalista. En este caso hay que evitar especialmente fragancias, aceites esenciales y ácidos exfoliantes, ya que pueden comprometer aún más la barrera de la piel.
En algunos casos se utilizan medicamentos especiales. «Hay dos que son el estándar de oro para manejo cutáneo de la rosácea: La ivermectina tópica y el metronidazol».
La experta recomienda encontrar información útil a través de canales confiables. «Yo creo que todos deberíamos recibir una vez al año una consulta dermatológica para que te guíe sobre el cuidado de tu piel. Sugiero páginas como la de la Sociedad Mexicana de Dermatología, la AMD e influencers como dermatólogos o médicos especializados».
Vale la pena destacar que a medida que la industria cosmética avanza, las fórmulas de cuidado de la piel sensible se vuelven más accesibles. La Dra. Ileana menciona la línea AR de Cetaphil Pro, formulada especialmente para combatir la rosácea y disponible en supermercados y farmacias.
Con esto, la rosácea no tiene que significar un problema sin fin: «Si un dermatólogo ofrece un tratamiento efectivo y el paciente es constante, la rosácea se apaga más rápidamente».
«Entre más rápido busques ayuda y más rápido solucionen tu cuadro tendrá menos reincidencias. Aunque sea una condición que no se cura, se puede controlar y puedes vivir como cualquier otra persona«, concluye la Dra. Ileana.
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