Explorando la icónica casa de Schiaparelli en Place Vendôme, París, para apreciar de cerca todos los detalles de su colección de Alta Costura.
El pasado 24 de junio, la firma Schiaparelli, fundada por Elsa Schiaparelli y actualmente dirigida por Daniel Roseberry, presentó su colección Otoño/Invierno 2024-2025 «THE PHOENIX«. La firma inauguró el Haute Couture Week de París con su desfile en el Hôtel Salomon de Rothschild en una sala subterránea y oscura.
La Colección Haute Couture de Schiaparelli refleja el renacimiento simbolizado por el fénix resaltando la imaginación inventiva y su visión revolucionaria de la firma.
Detalles exclusivos de la colección Haute Couture de Schiaparelli
Tras el desfile, tuve la oportunidad de visitar en privado la icónica casa Schiaparelli en el 21 de la Place Vendôme de Paris para ver de cerca las piezas de la colección Haute Couture de Schiaparelli.
Fue una experiencia única que permitió apreciar de cerca detalles de confección, estructura, texturas y acabados, que a menudo pasan desapercibidos en la pasarela. En un entorno elegante y clásico, pude dedicar tiempo a cada una de las piezas, apreciando la creatividad y meticulosidad de cada una de ellas.
Destacando en la entrada, encontré un chal de plumas plateado que rinde homenaje al ballet «The Dying Swan» de la bailarina rusa Anna Pavlova.
La colección es salvaje, dramática y revolucionaria, con un enfoque meticuloso en las estructuras y siluetas que realzan cada pieza de manera única. Volúmenes, capas que se mueven con gracia, y materiales como el terciopelo plisado con plumas o la organza crean efectos que deslumbran.
De los archivos a la pasarela Haute Couture
Roseberry desafía las normas integrando zapatos directamente en las siluetas, recordando la famosa colaboración de Schiaparelli con Dalí de «El sombrero zapato» de 1937.
Una de las reinterpretaciones más llamativas fue este vestido con una silueta estructurada y arquitectónica. Un corsé ajustado, con cordones que recorren el centro de la silueta, acompañado de amplios volantes que dan una apariencia dramática y generan movimiento.
En la espalda encontramos la reinterpretación contemporánea de «El sombrero zapato» en esta oportunidad integrado perfectamente dentro del corte central del vestido. Este vestido es una obra maestra de la atención al detalle y un homenaje al surrealismo.
La segunda reinterpretación se refleja en este vestido, donde cada copa del bustier está formada por un zapato de tacón. El cuerpo del vestido es más ceñido pero igualmente arquitectónico, con plisados en los laterales que terminan en elegantes cortes con caída.
Avanzando en la colección de Schiaparelli, encontramos más piezas reinventadas e inspiradas en los archivos de la firma: a la izquierda, un vestido inspirado en el Schiaparelli gown de 1952, y a la derecha, la reinterpretación del Cocoon Dress de 1951.
Texturas y estructuras al estilo Schiaparelli
Esta es la más relevante de las texturas de la colección, simulando espinas o plumas y elaborada con cientos de elementos en forma de cono confeccionados a mano. Estos elementos sobresalen de la silueta de manera tridimensional, creando un impacto visual notable. Además, pequeños detalles en las puntas de color negro añaden contraste y realzan este diseño intrigante.
Elaborada con terciopelo, esta pieza destaca por la asimetría y el movimiento en la estructura de la falda. Al observarla de cerca, se pueden apreciar detalles en texturas metalizadas e imponentes, característicos de la firma, es posiblemente un guiño a la ilustracion de Marcel Vertes para el perfume «Shocking» de la firma en 1937.
¿Qué hace única a Schiaparelli en el mundo del Haute Couture en París?
La presentación de la colección de Schiaparelli no solo es un evento significativo, sino también una manifestación del legado de la firma. Para comprender el prestigio de las casas de moda en la Semana de la Alta Costura, es fundamental conocer los rigurosos criterios de la Chambre Syndicale de la Couture, de los cuales solo unas 27 marcas en el mundo ostentan el estatus de «Haute Couture«.
Este proceso riguroso mantiene el prestigio de la alta costura, asegurando que París siga siendo la capital mundial de la moda y uno de los centros financieros más importantes durante la Paris Fashion Week.
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